La mujer con daños cerebrales,
Terri Schiavo, condenada a morir
por un juez convertido en verdugo, hará que ésta enferma, en vez
de ser protegida legislativamente, muera de inanición. Se erradica
la pena de muerte en gran parte del mundo, pero con éste tema, como
con el aborto, probado crimen contra un ser humano indefenso, al
igual que en el futuro previsible con la eutanasia, donde "se
mata por misericordia", la cultura de la muerte se impone.
Dejar en adopción anónimamente y ayudar económicamente a la
futura madre es la respuesta contra el aborto. Más unidades médicas
contra el dolor, cuidados paliativos pero sin encarnizamiento terapéutico
es la solución ética a la eutanasia.
Nadie puede ser juez ni parte ante la vida que empieza o acaba.
La vida de las personas es lo primero. Otros derroteros no son
humanos.