El
Norte de Castilla, 03/11/2006.
Dos soldados, de 18 y 19 años de edad, recibieron una paliza el
pasado día 1 de noviembre en pleno centro de Burgos por llevar una
camiseta militar con la bandera de España cosida, según el relato
de uno de ellos.
Las víctimas, el más joven es de Valladolid y el otro de Burgos,
habían acudido a esta última ciudad a celebrar su jura de bandera
que había tenido lugar en Segovia. Mientras paseaban por la zona de
la Catedral, hacia las dos y media de la madrugada de la festividad
de Todos los Santos «sentimos que nos seguían. Estábamos solos y
nos dio mala espina la aparición de unos siete jóvenes que
comenzaron a perseguirnos», destaca ya en su casa de Valladolid una
de las víctimas.
Los soldados vestían pantalones vaqueros y una camiseta de la
promoción de artilleros con el lema: 'España, servir hasta morir'
y con una bandera española cosida.
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El
joven vallisoletano muestra la herida de un codo. |
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Siempre según su
relato, el grupo de jóvenes, que no lucían símbolos que pudieran
ver, comenzó a aumentar y previendo el peligro que los acechaba,
los dos soldados intentaron darles esquinazo; pero no fue posible.
«Dos de ellos se colocaron delante de nosotros y nos dijeron:
'Vosotros de qué vais'». Los asaltantes se habían cubierto con
una 'braga' de cuello para encararse con los dos jóvenes. «Mi
amigo giró, corrió y se libró de ellos», explica el
vallisoletano. Aún así, «le lanzaron una botella de vidrio a la
cabeza y lograron darle, pero escapó». «Yo al correr y saltar
unas escaleras, me caí y se me echaron encima unos cinco o seis a
la vez, al final fueron quince o diecisiete, era difícil contarlos».
Mientras un soldado lograba huir, el otro recibía, asegura «una
auténtica paliza». Patadas en el estómago, puñetazos, insultos y
golpes donde apenas le cabía poco más que defenderse e intentar
escaparse, aunque varios de los intentos resultaron fallidos,
acorralándolo de nuevo contra la pared con nuevos golpes y codazos.
Finalmente, cuando casi le habían arrancado la camiseta logró
deshacerse de ella y echar a correr hasta la casa de su amigo. Desde
allí le llamó y supo que él ya había avisado a la Policía.
Policía
El soldado que consiguió escaparse al principio de la
pelea, llamó escondido en la Plaza Mayor al servicio de emergencias
del 112. Acudieron varios policías que le recogieron en el coche y
fueron con él al lugar de los hechos para ver si reconocía a los
asaltantes. La operación no tuvo éxito y fue trasladado a la
Comisaría para comunicar la agresión. Allí la Policía le comentó
que «son los mismos de siempre». Ninguno ha presentado finalmente
denuncia «porque tenemos que vivir dos años en Burgos y no
queremos problemas».
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