El proceso de institucionalización de toda
suerte de ataques, insultos y vejaciones contra las creencias
cristianas continúa su marcha en España a pasos agigantados. La
muestra más reciente (y quizá también la más repugnante) ha sido
el “Festival de video Tranzmarikabollo” (sic) que se celebró en
Barcelona los días 14 y 15 de septiembre.
En el cartel anunciador de ese festival
aparecía una imagen de Cristo con el rostro maquillado de forma
grotesca, varios penes brotándole de la cabeza, unas prótesis
mamarias sobre el pecho y un aro descomunal en la nariz. El festival
y el asqueroso cartel fueron publicitados desde un blog anónimo de
internet.
Pero si ya es doloroso y grave que en
la España del siglo XXI alguien se atreva a insultar de ese modo
las creencias de millones de católicos perpetrando semejante
salvajada, aún es peor que lo haya hecho con el amparo de varias
instituciones públicas: Las dos etapas del festival tuvieron lugar
sucesivamente en los locales de dos centros de arte audiovisual
llamados Telenoika y Hangar; en la página web de Telenoika aparece
el sello de la Delegación de Cultura de la Generalidad de Cataluña,
mientras que la página web de Hangar luce además los sellos del
ayuntamiento de Barcelona y el del Ministerio de Cultura.
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Tristísimo ejemplo del nivel de
encanallamiento y de vileza en el que la infecta clase política que
nos desgobierna está sumiendo a la sociedad española. En los últimos
veinte años hemos conocido varios episodios de este tipo, pero jamás
había ocurrido de forma tan descarada y
con el apoyo de los poderes públicos. En los dos años y
medio que llevamos de “la era del talante” que nos ha traído el
señor Zapatero ya hemos visto, por ejemplo, como en el Círculo de
Bellas Artes de Madrid se representó una obra de teatro cuyo título
era una blasfemia irreproducible, o como en un programa de Canal
Plus se enseñaba a “guisar un Cristo para dos personas” (sic).
¿De qué sirve que el artículo 525
del Código Penal castigue las ofensas públicas a los sentimientos
religiosos, o que el artículo 16 de la Constitución proteja la
libertad de culto? Las ofensas y los ataques más soeces,
repugnantes y mezquinos contra la Fé de millones de españoles,
contra la Religión Católica que es esencia de nuestra Historia y
de nuestra Cultura, se multiplican y además con el beneplácito de
las instituciones públicas. Y es que precisamente los que más se
llenan la boca con las palabras “Democracia” y “Libertad”
son los primeros que prostituyen a su antojo estos dos conceptos
para ponerlos al servicio de los instintos más bajos, sucios y
deleznables.
En el siguiente enlace aparece esta
noticia en el periódico Minuto Digital, junto con una reproducción
del asqueroso cartel. Advertimos que el visionado de semejante
monstruosidad puede herir la sensibilidad del lector: ver
aquí.
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