INICIO

LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

Actualizada: 18 de Diciembre de 2.005.  

 
 
Generalísimo.

 

Biografías.


Cronología.


Habla el Caudillo.


Retratos.


Fotos 1.


Fotos 2.


Especial 20N-03.


Especial 20N-04.


Especial 20N-05.


 

Franquismo.

 

Mitos.


Mentiras.


Actos 20N-03.


Actos 20N-04.


Actos 20N-05.


 


Actualidad.

 

Noticias.


Temas varios.


Artículos.


Calendario.


Opinión.


23-F.


Difusión.

 

Música.


Descargas.



Personalidades.

 

Carmen Polo de Franco


L. Carrero Blanco


José Calvo Sotelo


F. Vizcaíno Casas



 

 


Fuera de la Ley.

Alfonso Ussía.


La Razón. 18/12/2005.


A partir del 1 de enero de 2006, seré un perseguido por la Justicia. Estoy decidido a no cumplir ni respetar la brutal ley antitabaco. He dado instrucciones al director de mi agencia bancaria para que congele una parte de mis ingresos y así poder hacer frente a las repetidas sanciones que van a caer sobre mi delictiva persona. En pocos días, un delincuente, un forajido. Porque esta ley que se saca de la mala intención la señora ministra de Sanidad es fascista, estalinista y tiránica, además de cínica. De prohibir, que prohíban la venta de tabaco y dejen de ingresar decenas de miles de millones de euros en concepto de impuestos. Me propongo fumar en cualquier local cerrado en el que no esté permitido hacerlo. Deseo ser detenido por fumar. 

Alfonso Ussía

La reincidencia en la comisión del delito puede llevar al maleante a cumplir penas de prisión. En tal caso, exijo que mi familia reciba una ayuda económica como las que el Partido Socialista ha aprobado para los familiares de los asesinos etarras en el Parlamento Vasco. No sólo para mi familia, sino para todas las familias de cuantos presos hay en España, por fumar o por matar, que es la misma cosa, según parece. Por fumar o por robar, que es tan grave lo uno como lo otro, según parece. Por fumar o por traficar con heroína, que es más asqueroso fumar, según parece. Parece digo, porque los adictos a la cocaína y la heroína sí pueden recibir ayudas de la Administración para superar su drogadicción. Los fumadores, que somos unos drogadictos de menor cuantía, estamos expulsados del espacio de la comprensión. Si terminan encerrándome en una cárcel, que lo harán por mi reincidencia en el delito, pido para mi mujer la misma ayuda que va a recibir, por poner un ejemplo, la madre del hijoputa de «Txapote», o la esposa de Henry Parot. Si no por parte del Gobierno, que salga esa ayuda del bolsillo de Pachi López, que ha votado a favor de las ayudas a las familias de los asesinos, equiparándolas con las víctimas del terrorismo. Pachi López, le pediré en «La Rabia» de Comillas un adelanto el día que tenga de nuevo el infortunio de coincidir con usted. Y no se le ocurra fumar en mi presencia, porque llamo a la ministra Salgado y ahí se puede armar Troya.

Todo menos ser un borrego cumplidor de la Ley más fundamentalista y rígida de cuantas se han promulgado en España en los últimos siglos. Claro, que de esa Ley brutal tiene la misma responsabilidad el Partido Popular, que la ha apoyado en el Congreso con indescriptible entusiasmo. A partir del 1 de enero, como Mark Twain, que al cumplir los setenta años se impuso una cierta prudencia para moderar su adicción al tabaco: «No fumaré mientras duermo, no dejaré de fumar mientras estoy despierto, y jamás fumaré más de dos cigarrillos a la vez».

Por un lado, el Estado prohíbe fumar. Por el otro, el Estado se forra con los delincuentes fu- madores. No permiten ni la existencia de espacios reservados para los viciosos en las empresas. El que quiera fumar, que salga a la calle y se muestre como un desaprensivo y un depredador. De acuerdo. Pero a cambio de la persecución y de la humillación social, que supriman los impuestos. El Estado no puede enriquecer- se a costa de los delincuentes. Mejor la prohibición total. Se cierran los estancos, se retiran las máquinas expendedoras de tabaco y al que sea sorprendido fumando, se le manda junto a «Txapote» a la trena. Con la diferencia de que a «Txapote» le podrán visitar sus familiares y a los convictos y confesos del delito de fumar los tendrán en las celdas de castigo, por si acaso han conseguido introducir un cigarrillo tras los muros del establecimiento penitenciario.

Pues no. Vaya fumar como siempre. Como siempre vaya hacerla cuando no moleste a los demás. Como siempre vaya pedir permiso a los que me rodean para encender mi pitillo. Y si los que me rodean prefieren que no lo haga, me quedaré con las ganas. Pero no tengo la intención de dejarme cohibir por carteles y amenazas de sanciones o procedimientos más graves. Soy fumador porque he crecido y vivido entre fumadores. Mi padre, recientemente fallecido a los 93 años, se fumigó en la víspera de su muerte tres cajetillas de rubio americano. y murió tranquilo, en su casa, en su cama y rodeado del cariño de sus hijos, fumadores en su gran mayoría. Por fortuna se fue antes de ser considerado un delincuente.

«Prohibido prohibir» es un mensaje utópico. Hay que prohibir, pero con medida. Esta leyes fascista y agresiva. No la vaya cumplir. Señora ministra, ¡Tururú!.


INICIO


 

© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.005. - España -

E-mail: generalisimoffranco@hotmail.com