INICIO

LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Correspondencia entre don Juan y Franco.


 
El 3 de agosto de 1943, don Juan envía una carta en forma casi telegráfica a Franco que tiene visos de un auténtico ultimátum.

03 de agosto de 1943.

Los últimos acontecimientos de la guerra están precipitando el rumbo de los destinos de Europa con celeridad impresionante, en el sentido previsto en la carta que dirigí a V.E. con fecha 8 de marzo. Ello me impulsa a dirigirme a V.E. telegráficamente. No hay tiempo que perder si V.E., ratificando la opinión expresada en sus escritos, en las conversaciones con el infante don Alfonso y en manifestaciones públicas, se resuelve a contribuir a la evitación de gravísimos males para nuestra querida Patria, facilitando la incondicional restauración de la monarquía. Es evidente que tan sólo un régimen sin tacha de partidismos durante la conflagración mundial podría hallarse en condiciones, cuando la paz llegue, de defender con eficacia los intereses legítimos de la nación.

En cuanto al problema interno, V.E. mucho mejor que yo, por estar en inmediato contacto con las realidades españolas, puede imaginar lo que habrá de ser un movimiento subversivo triunfante. Renuncio por innecesario a aludir a los horrores que provocaría la venganza. Sólo una manera hay de conjurar todos los peligros: la inmediata Restauración de la monarquía que, por no haber intervenido en los asuntos de España durante este trágico período, se halla capacitada de manera providencial para ejercer una acción conciliadora y constructiva dentro y fuera de las fronteras nacionales.

Los acontecimientos de Italia pueden serviros de aviso. Pensando en ellos, las Cortes instituidas por V.E. acaso pudieran ser utilizadas como instrumento en el proceso de urgente transición del régimen falangista a la restauración monárquica que V.E., tanto en público como en privado, ha proclamado repetidamente como natural desenlace de la presente situación política.

Es ésta la suprema llamada para conjurar el inminente peligro de mi conciencia de español a la suya. Si nuevamente resulta en vano, cada uno de nosotros habrá de asumir, sin equívocos, su responsabilidad ante la Historia. Nuestras posiciones consignadas están en la correspondencia cruzada. Vuecencia, como Jefe de Estado, dispone de ilimitados recursos para justificar ante el mundo su actitud; yo, obligado a asumir en esta hora una responsabilidad histórica tan grave como la suya, carezco por el contrario de elementos oficiales para hacer valer la que juzgo como imperiosamente dictada por mi deber histórico en beneficio de los altos intereses de la nación.

Así pues, si V.E. persiste en mantener inalterables las para mí inadmisibles condiciones que subordinan el advenimiento de la monarquía, provocando en consecuencia una ruptura definitiva, la necesidad de deslindar claramente las responsabilidades respectivas me obligaría a recurrir al único medio que las circunstancias me dejan: informar a la opinión pública con la plena exposición de los hechos.

Con el alma limpia de impaciencias personales y la mirada fija únicamente en el mejor porvenir de España, saludo afectuosamente a V.E. haciendo fervientes votos porque su decisión –que aguardo con la misma inquietud inspiradora de estas líneas y le ruego sea urgente- ponga fin a la presente situación cuyos peligros se agravan de día en día.

   ATRÁS   



© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

E-mail: generalisimoffranco@hotmail.com