A las 1:25 horas, las piezas de Pinedo rompen el fuego sobre el Alcázar,
arrojando unas veinticinco granadas. Durante el día paquean
desde distintos sitios de la población, y desde San Servando.
Sobre las 18 horas se observa que las piezas se trasladan de
su emplazamiento, pero sin saber en definitiva qué camino han
podido tomar. Rompen fuego tres piezas del 10,5 cm. sobre el
Alcázar, explanada oriental, Paso Curvo y Capuchinos,
causando grandes desperfectos con los treinta proyectiles que
dispararon durante hora y media. Por una confidencia, se
entera el Comandante Militar que en una casa próxima a la
explanada del Picadero hay gran cantidad de trigo, de muy
buena calidad, propiedad de un Banco de Toledo, por lo que se
dispone que el Comandante Araujo, de servicio aquella noche,
haga una requisa con fuerzas de la Guardia Civil y Falange,
requisa que se hace sin novedad, entrándose veintitrés sacos
de noventa kilos, de un trigo superior. Se empieza a gastar
para la fabricación del pan, lo que se hace con una
molturadora de Intendencia, a la que, por falta de fluido, se
le adosó una motocicleta. Se fabrica un pan diario por
persona, de un peso aproximado de ciento cincuenta gramos. El
resto de la noche transcurre con tranquilidad. Bajas en este día:
Un muerto, un herido y un contuso.
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