HABEMUS PAPAM

 

Por José Gabriel


Fumata blanca y el demonio vomitando bilis, ¡Ya tenemos Papa!.
El pasado Martes ha sido un día realmente emocionante para los Católicos, ver a la gente corriendo por las calles de Roma en medio del replicar de campanas, yendo hacía la plaza de San Pedro para ver al nuevo Papa con esa alegría en los rostros, son motivo de verdadera felicidad.


Respecto a la elección de Benedicto XVI, no tengo mucho que decir, como creo en el Espíritu Santo y en la sabiduría de los Cardenales al invocarle, solo me corresponde acatar, con total esperanza tan docta decisión.

No voy a negar qué la homilía del día anterior me pareció magnífica, ni las simpatías que me despierta el nuevo Sumo Pontífice, sobre todo viendo que tipo de sujetos le atacan.

Qué poco tardan sus detractores en retratarse, apenas hablan ya están argumentando acerca de la homosexualidad, celibato, preservativos y demás pilares que mueven sus estériles vidas. Yo pensaba que las críticas eran fruto de esa manera simple y tópica que tienen algunos de juzgar a la Iglesia, utilizando un lenguaje político, ya se sabe: eso de sector progresista, conservador, de consenso y otras tonterías.

Pasados unos días empezaba a captarse un cierto hedor sulfuroso en el ambiente, rápidamente se ha visto que había detrás de esos ataques. Los cadáveres teológicos de Boff y Küng se han puesto en la boca de todos. Conviene recordar que el gran teólogo Boff, es ese señor que anunció querer tener un hijo sin casarse, por supuesto, además de sus infinitas declaraciones abiertamente comunistas. A estos individuos les falta para completar la alineación sacar a pasear a Martín Patino, preocupado últimamente en homenajear al asesino Carrillo. Si me aprietan, puestos a sacar muertos doctrinales, pueden hacerlo también con la memoria de Llanos y Ellacuría, estos últimos cadáveres lo son además en el sentido literal.

Parece claro, después de esto, que la fenecida teología de la liberación, su corte de terroristas comunistas y los ingenuos y no tan ingenuos liberales de turno, mueven esta campaña, no sin olvidar a los simples peleles que hablan de todos y de todo sin saber de nada. Estos últimos me recuerdan aquello tan sabio que viene a decir: más vale estar callado y parecer bobo, que abrir la boca y despejar cualquier duda.

Nada nuevo bajo el sol, recomendarles que no se asusten ni se ilusionen. No olviden que esos Cardenales que ellos denominan "progresistas", jamás habrían accedido a sus salvajes pretensiones. La Iglesia no está para darnos la razón, es Madre y Maestra, como tal con Benedicto XVI al frente, dirá y hará cosas que seguro no entenderé ni me gustarán, otras que sí, pero recordando el pensamiento de San Ignacio, a mí me toca obedecer, la virtud de la prudencia corresponde al Papa.

 22 de Abril de 2.005.-

  


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