El execrable asesinato de José Calvo Sotelo

Crimen de estado del Gobierno Republicano.

 


Destitución del presidente de la República.

El 7 de abril de 1936 se somete a la aprobación de la cámara una propuesta encabezada por los diputados socialistas Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero, y como consecuencia de tal propuesta, por 238 votos contra 5 es destituido el presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, al cual se acusa de haber abusado de sus prerrogativas presidenciales y decretar la disolución del Congreso.

Martínez Barrio se hace cargo, con carácter interino, de la Jefatura del Estado. El 14 de abril, V aniversario de la proclamación de la República, se celebra en Madrid un desfile militar, deslucido por la explosión de unos petardos colocados por unos jóvenes monárquicos y en el que fallece el alférez de la Guardia Civil, Anastasio de los Reyes. El entierro de este oficial da lugar a una serie de incidentes callejeros: en la plaza Castelar  muere el falangista Andrés Sáenz de Heredia, primo hermano de José Antonio Primo de Rivera. En la plaza de Manuel Becerra, la manifestación fue disuelta con gran violencia por la Guardia de Asalto, donde el teniente José del Castillo dio muerte a Luis Llaguno, joven tradicionalista, así como al falangista Manuel Rodríguez Jimeno. El balance de los sucesos fue de seis muertos y numerosos heridos.

El 16 de abril de 1936 se reanuda la actividad parlamentaria. Azaña expone ante las Cortes el programa de su Gobierno: 

“Tengo la pretensión de gobernar con razones... El que se salga de la ley ha perdido la razón y no tengo que darle ninguna... Vamos a lastimar intereses cuya legitimidad histórica no voy a poner en cuestión, pero que constituyen la parte principal del desequilibrio que padece la sociedad española... Romperemos toda concentración abusiva de riqueza dondequiera que esté... Vamos a restablecer toda la legislación social de las Constituyentes... Nosotros no hemos venido a presidir una guerra civil; más bien hemos venido con intención de evitarla...” 

Tras su discurso, los diputados del Frente Popular aplauden con fuerza.

Calvo Sotelo, contesta a Azaña: 

“Hablar de calma como característica del Gobierno cuando no existe garantía para la vida en la calle, y amenaza la disolución social, y muchedumbres uniformadas gritan ‘¡Patria, no! ¡Patria, no!; cuando a los vivas a España se contesta con vivas a Rusia, y se falta al honor del Ejército, y se escarnece a España; cuando todo eso está ocurriendo durante siete u ocho semanas, yo me pregunto: ¿Es posible tener calma? Envidio a Su Señoría, señor Azaña, por la muestra formidable de su temperamento frívolo”.

“Desde el 16 de febrero al 2 de abril se han producido los siguientes asaltos y destrozos; en centro políticos, 58; en establecimientos públicos y privados, 72; en domicilios particulares, 33; en iglesias, 36. Centros políticos incendiados, 12; establecimientos públicos y privados, 45; domicilios particulares, 15; iglesias, 106, de las cuales 56 quedaron completamente destrozadas; huelgas generales, 11; tiroteos, 39; agresiones, 65; atracos, 24; heridos, 345; muertos, 74...”

“Los efectos en el orden económico son desastrosos: el descenso en las cotizaciones bursátiles desde el 14 de febrero supone una merma de 1.936 millones de pesetas; la circulación fiduciaria en el mismo período ha subido 480 millones; la cotización de la peseta sigue en descenso; el turismo se retrae... Hay otro hecho, y es la bolchevización progresiva del partido socialista español. Si el Gobierno ha de vivir de la asistencia de esas fuerzas, no puede ser una garantía contra el comunismo, porque esos partidos quieren, lo ha dicho Largo Caballero, la conquista del Poder para el proletariado por todos los medios. En aquellos programas se propugna la socialización de la industria y la disolución del Ejército para ser reorganizado después de eliminar generales, jefes y oficiales. Las fuerzas proletarias españolas se disponen a dar un segundo paso revolucionario, que será la instauración del comunismo. [El presidente del Consejo de Ministros interrumpe a Calvo Sotelo: ‘La instauración del comunismo sería fatal para Su Señoría y para mí.] Su Señoría ha dicho una gran verdad, pero no se acomoda a ella. Y aunque sea fatal para Su Señoría y, desde luego, para mí, porque yo tengo el honor de figurar en las listas negras, lo más grave es que resultaría fatal para España; y yo, que no tengo derecho a preocuparme de la vida de Su Señoría ni de la mía, tengo la obligación de pensar en la de España...”

Por Eduardo Palomar Baró.


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