Buscando detrás de la cortina...


...APARECE UN PERSONAJE CORTINA



ESTA ES LA TRAYECTORIA:

Atarés, Prieto, «Galaxia»...«Umedos», Gabeiras, ETA...

El yate, la Banca Catalana, el «Guti»... Sagaseta, González, el «Guerra»...

Torres Rojas, Emilio Romero, «El Alcázar»...

...y Cortina.



  • Relato pormenorizado de un año antes del «golpe».
  • Cuando se produjo el 23-F ya se habían asestado varios golpes a la cabeza de España.


Me he tomado la molestia de exhumar noticias de prensa del año 1980 que reflejan la
tensión del ambiente. Esta tensión no podía quedarse a las puertas de los cuarteles. La peripecia dramática de la España de 1980 se proyectaba sobre la institución castrense con especial insistencia. Por las calendas de abril de 1980 el terrorismo continúa triunfante. Se habla de crisis en el gobierno. De que el general Santamaría ha sido derrotado en la guerra del Norte, de los ultrajes a la Bandera, de que la «misión» de Suárez no ha terminado... Se discute si la Ley de divorcio será «a la italiana o a la americana», mientras el Papa sigue rotundo: «Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre». Hasta Pedro J. Ramírez, expulsado recientemente de la sala de la vista del juicio 2/81, a mí me gusta decir del 23-F, reflejaba en «ABC» el malestar circundante por aquellos días primaverales de 1980; «...España vive en una situación de emergencia». Escribe Sertorio en «Sala de Bandera» («Heraldo Español» 11-18 abril, 1980) «...lo único que se persigue es maniatar a las Fuerzas Armadas que, en resumidas cuentas, ven la tragedia de España y no saben cómo cumplir lo que les ordena la Constitución, es decir, su obligación, por muy explícita que esté en la Constitución»... Del Rey abajo, todos los militares exhortan a los hombres bajo su mando a defender la unidad de España, cuando la Constitución consagra de hecho la fragmentación de España. Nadie entiende el contrasentido.

ATARES, PRIETO, GALAXIA

En el entretanto Felipe ataca al gobierno y le acusa de incumplimiento de los pactos de la Moncloa, pero asegura que no hay peligro de «golpe» ni de «galaxia». «Con este gobierno no habrá consenso ni coalición»... y aprovechando la coincidencia en la fecha, se recuerda el 14 de abril de 1931, y el golpe de Primo de Rivera en el que los militares y el Rey salvaron, de momento, la Monarquía. El terrorismo sigue matando impunemente y se rememora que el general Prieto, jefe de la VI zona de la Guardia Civil, cuando hace entrega de un donativo a la. viuda del Guardia Civil Tejero Verdugo, muerto en acto de servicio, dice a mediados de diciembre de 1977 que la Guardia Civil no puede dejarse matar. «La Guardia Civil tiene un límite a su sacrificio, tiene que saber por qué mueren sus hombres». Horas después el general Prieto era cesado. El Ejército seguía callado. Después fue el general Atarés, que se había quejado en diferentes ocasiones a la Dirección General de la Guardia Civil de que estaba harto de asistir a entierros de sus guardias y que en 1978, en un enfrenta- miento verbal con Gutiérrez Mellado, es cesado fulminantemente y arrestado y juzgado en un juicio clamoroso, del que salió absuelto. Por aquellas fechas tenía el mando de la III Zona de la Guardia Civil con sede en Valencia, y ocupaba la Capitanía de la III Región Militar, el teniente general don Jaime Miláns del Bosch. La inquietud, como se ve, viene de lejos, pero resurge con especial virulencia cuando se aprobó por amplia mayoría el proyecto de Ley Orgánica que regula los criterios básicos de la defensa nacional y organización militar. El director general de la Guardia Civil, teniente general Fontenia, declara a María Mérida que con esta Ley se despoja a la Guardia Civil de su dependencia exclusivamente militar. «Es un golpe bajo». Ahora dependerá de quien gobierne. Sus posteriores «matizaciones», no le valen y también es cesado. Le sustituye Aramburu Topete, aunque no es teniente general, como es lo mandado.

Por su parte, el general Santamaría declara en el Congreso, rotundo: «En Vascongadas no hay nada que hacer. Soy pesimista respecto al futuro de la región...». El Ejército sigue callado y tragando humillaciones. La Guardia Civil, mientras tanto, escribe millares de cartas al Rey solicitando que vuelvan a tener carácter militar. Llega por fin el consejo de guerra contra el capi- tan Ynestrillas y el teniente coronel Tejero, el mismo legendario Tejero del 23-F. Es el juicio por la llamada «operación Galaxia». En los cuarteles se le llama «proceso a la Guardia Civil. Como ahora pasará a la historia el del 23-F con el de «proceso a las Fuerzas Armadas». Jaime Campany dice de esta democracia que es como la de Rosita la Pastelera. Mientras, ETA continúa matando y exigiendo el impuesto revolucionario. El Ejército es el «gran mudo».

Tejero e Inestrillas. salen bien librados del Consejo de Guerra. El Tribunal que preside el general Juste ha apreciado las eximentes contenidas en los apartados de art. 186 del Código de Justicia Militar entre las que se cuenta «la de obrar por motivos morales, altruistas o patrióticos de notoria importancia». El capitán general de la I Región Militar Teacciona discrepando de la sentencia. Hay que echarlos a las mazmorras. Los «úmedos» presionan. Piden el reingreso. Martín Villa quiere formar un partido republicano... Gabeiras habla de un Ejército al estilo europeo. El pueblo demuestra en Valencia, en el multitudinario homenaje a las Fuerzas Armadas, que quiere un Ejército suyo, español.

«UMEDOS», GABElRAS, ETA...

La moción de censura al Gobierno no es más que una tramoya donde se sacan a relucir los trapos sucios de cada quien, mientras bajo cuerda se guiñan el ojo. Europa se carcajea. Giscard aplaza el ingreso en el Mercado Común «sine die». Se habla de la Ley de Reforma Militar. Es, en realidad, la «purga» de Carrillo y sus compinches al Ejército. Con la anuencia de «El Guti». Pasan tantas cosas y en tan poco tiempo que el conde de Barcelona dice en «ABC»: «no puede ser... no puede ser» y habla de reformar algunas claúsulas de la Constitución para devolver a la Corona las prerrogativas de que se la ha despojado. El corazón de Torcuato Fernández Miranda le estalla en Londres, cansado de tantas circunstancias dramáticas como ha desencadenado con la idea de aquella terna fatídica... En esta España desmadrada se insinúa el reingreso de los militares de la República en las Fuerzas Armadas, que afectaría a unas quince mil personas... y se pide una amnistía para los «úmedos»...

Las palabras de José Antonio Girón en la VI Asamblea de Combatientes celebrado en el Hotel Meliá, el mes de julio de 1980, son un aldabonazo en la conciencia dormida de los españoles: «La corona ha quedado prisionera de los partidos, que la han reducido a la nada. Nunca ha sido España más despreciada en el mundo. Ni más perseguida, ni más ofendida, ni más humillada».

Todo depende del Rey y los generales, pero el Rey y los generales callan. Gabeiras está asustado. Parece que las consultas a las guarniciones sobre la presunta amnistía a los «úmedos» «subleva» a sus subordinados... Está encima como quien dice el 18 de julio... Se habla «sotto voce» en el Parlamento de un proyecto de Ley para castigar por medio de tribunales populares a los que se alzaron contra el régimen legalmente constituido el 18 de julio de 1936... Es obvio, que la guerra no ha terminado.

ETA sigue matando... El general Cano Portal, titula un articulo apasionado: «¡Canallas!», cuando cae asesinado por las balas de la organización terrorista el soldado García Síller, escolta del general médico Arturo Criado que escapó milagrosamente
con vida. Se empieza a hablar de la «operación De Gaulle» o de la «pechuga»... Se insinúa que el «motor del cambio» lleva la caja de velocidades y puede dar «marcha atrás»... ¿dónde he oído yo lo de marcha atrás? ¿En las declaraciones del 23-F, en un télex real? El semanario «Heraldo Español» habla: «dos son los hombres». y los dos de las Fuerzas Armadas... ¿Con la constitución? Fuerzas Armadas. «Fuerzas Armadas y con la "pechuga" por delante...».

Fernández Ordóñez se propone consumar la ruina de España con su reforma fiscal que va contra la clase media que creó Franco. Hay que empobrecer al pueblo para allanar el camino al marxismo. Martínez Bande escribe en «ABC» sobre la subversión soterrada: «Poderes de difícil control, extendidos inverosímilmente por los más impensados lugares, van agarrotando las manos que pudieran un día sernos necesarias»... La paciencia del Ejército parece ilimitada. El general Cano Portal insiste en «Heraldo Español»: «España es una fábula» y «Sertorio» teme que «El Ejército no llegue a tiempo de defender lo que de modo primordial es su obligación». Se habla de la «españolidad» de Canarias... El quinto gobierno de Suárez es otra nueva catástrofe... Se sigue hablando de crisis. Quintana Lacacci no se salió con la suya; se confirma la sentencia de la Operación Galaxia. El Parlamento Foral de Navarra decide la supresión del  antiguo escudo del reino, de la Cruz Laureada de San Fernando, precisamente coincidiendo con la fecha histórica del Alzamiento Nacional. Pilar Urbano dice que sobre los «úmedos», la JUJEM es rotunda según un «desahogo» confidencial. Quieren que se sepa, aunque el ministro de Defensa no ha hablado de que «con ellos dentro peligra el ser o no ser de un verdadero militar».

EL YATE, LA BANCA CATALANA, EL «GUTI»

Entretanto el Rey demuestra tranquilidad. El yate que le regaló un jeque árabe tiene falta de alguna que otra chapuza. Y ha encontrado quien se lo arregle, por poco dinero, en unos astilleros de Aviles. La última chapuza costó 40 millones a la Casa Civil del Rey. El apoyo de Pujol a Suárez en la emoción de censura ha sido pagado espléndidamente: Veinte mil millones para salvar a la Banca Catalana, de la que es hombre principal al borde de la quiebra. Esta fabulosa cantidad saldrá del bolsillo de los españolitos. El Ejército sigue callado. Vizcaíno Casas estrena en la «boite» Pintor, «Jaque al rey». Mientras, el presupuesto para la Defensa se reduce en 50.000 millones de pesetas. El libro más leído del verano que terminó cargado de rumores es el de Emilio de la Cruz Hermosilla «Ya»...

Gutiérrez Mellado continúa inamovible a pesar del descontento patente en las Fuerzas Armadas. Se dice que ha sentado muy mal en el Consejo Superior del Ejército el ascenso a teniente general del gobernador militar de Ceuta, general de División Palanca, que perjudicó los derechos al ascenso del general Espinosa de los Monteras que pasó a la «B» y del general León Pizarro, que manda la división acorazada Maestrazgo, la de los tanques de Valencia del 23- F, y que pasaría a la «B» sin ascender después de varios meses haciendo el número. Precisamente en las declaraciones del juicio del 23- F, el teniente general Palanca, que era ese día capitán general de la VI Región Militar, hace un encendido canto a las virtudes de Armada. De fuentes de la III Región Militar de entonces se me dijo después del 23-F, que la de Burgos era una de las que estaban «en el
ajo»...

Se empieza a hablar de «golpe de Estado» y «golpe militar»... Estamos en octubre de 1980. Y, curiosamente, todas las supuestas conjeturas del «golpe» se publican en periódicos y revistas, del Gobierno. A alguien le interesa mentalizar al pueblo, promover una atmósfera «golpista». Suárez utiliza la amenaza del golpe para amedrentar a los marxistas. Los del PSOE amenazan a su vez al Gobierno con las espadas desenvainadas. La Institución máxima recibe quejas de unos y de otros, y ya quisiera para ella la excusa de los sables para bajar los humos de los que empiezan a subírsele a las barbas. A ETA no hay quien la pare ni con pactos. También interesa la conjetura del «golpe» para poder negociar subterráneamente con los asesinos. El «golpe» parece que interesa a todos; cada uno lo esgrime por motivo diferente.

SAGASETA, GONZALEZ, EL «GUERRA».

Por encima de todos, «alguien» : piensa utilizar en el momento clave un «golpe» dirigido a su manera... Sagaseta sigue insultando impunemente a la Legión. ET A se enriquece con el impuesto revolucionario que le permitió recaudar en 1979 hasta 20.000 millones de pesetas. El miedo y la cobardía se pagan a precio de oro. Los socialdemócratas amenazan con escindir se de UCD. Se habla de «sobres» para tapar bocas castrenses. Y la Reforma Activa ~ en los cuadros de mando del Ejército no se entiende más que como un pretexto de «rejuvenecer», de «purgar».

El gobierno derrocha miles de millones y cuatro Guardias Civiles son asesinadas en el frente del Norte, porque salían del cuartel a comer, por no tener , sitio suficiente para todos. El general  Cano Portal, con su valentía acreditada, clama que en las Vascongadas no cabe otra solución que la acción directa.

La prensa sigue hablando de «golpe» y se le atribuye a Felipe González la frase de que «hay que convencer a un militar de que con la Constitución en la mano la cosa tiene arreglo». El verdadero «golpe» lo dio Suárez con su «moción». Parece que todos están de acuerdo en dar un «golpe» que evite «el golpe»... Felipe y Santiago empiezan a hablar de España con trémolos en la voz. Miguel Ángel Aguilar también habla de un militar. Todos sueñan con el «golpe» en noviembre de 1980, coincidiendo con las elecciones a presidente en Norteamérica. La «Era Reagan» ha comenzado. Fraga se da unas pequeñas vacaciones en yate, dicen que con algunos generales. Hay que subirse aunque sea al abordaje a cualquier «golpe»... Gutiérrez Mellado, por si acaso, pone a un hombre de su máxima confianza, teniente coronel Iñiguez, al mando del Regimiento de la Red Permanente, desde donde se pueden controlar todas las unidades militares de todos los Estados Mayores, de todas las capitanías generales y jefes de unidad entre sí... O sea, que hasta el menor respiro puede ser escuchado. El «golpe» puede ser teledirigido hasta donde convenga... Además se va a reformar con urgencia el Código de Justicia Militar.. Todo está previsto a largo y a corto plazo en sus menores detalles... Se pone en marcha la estrategia de dilatar los ascensos para que determinados militares que no interesan en ciertos puestos cumplan la edad reglamentaria, con lo que quedarán separados en el momento que más interese los que se consideran «no adictos» a la democracia.

Se destituye al almirante La Guardia, sin que el J .E. M. de la Armada diga ni pío, y al jefe del Sector Aéreo de Vascongadas, coronel Pagola Barandiaran. «Cualquier día volamos» había dicho este último, aludiendo a la falta de condiciones de seguridad, en su sede. La Plaza de Oriente registra la mayor subida del termómetro patriótico de España. Un mar de banderas nacionales pone escalofríos en la espina dorsal de los cobardes y acorrala a un Gobierno cuya cabeza es la responsable de la ruina de España. Alfonso Guerra en «Diario 16» acusa a UCD: «España se hunde y Suárez no hace nada». Vuelve a insinuarse un golpe para parar «el golpe» que se teme, para quitar de en medio a los que verdaderamente estarían obligados a darlo en un momento determinado... El general Cano Portal hace pública la «carta de un general a otro general» en la que se denuncian las manipulaciones de que están siendo objeto las Fuerzas Armadas: «Espero que cuando la Constitución sea suficientemente conculcada y desobedecida y el terrorismo alcance cotas astronómicas con la complacencia del Gobierno, las FAS en las que creo y tengo esperanza, al mando de quien corresponda, cumplirán el mandato constitucional. Y no creo que a esta «legal» intervención se le pueda llamar «golpe». Gracias a esta «atmósfera» el viaje de Suárez a las Vascongadas le permite pactar con ET A una cierta tregua. Hoy, esta es una verdad incontrovertible.

TORRES ROJAS, EMILIO ROMERO, «EL ALCAZAR»...

Se cumple un año del ostracismo de Torres Rojas por decirle la verdad al Rey. Dentro de poco, Torres Rojas volverá a recobrar un primer plano en la escena. Se habla de teléfonos «pinchados». Emilio Romero recoge el rumor de que el posible general que podría salvar la situación límite, pudiera ser Armada, «un hombre ajeno y políticamente bendecido... Estimulé la imaginación y encontré al general Alfonso Armada... Un golpe de timón es un golpe de timón...» Pilar Urbano recuerda el 2 de marzo de 1982 que Múgica, en uno de sus desayunos del Ritz, le habló sobre el almuerzo con Armada y Raventós en el otoño del 81, en casa del alcalde de Lérida, el socialista Ciurana: Armada dijo que antes que la democracia se fuera al traste por no poder resolver los problemas, tendríamos que arrimar todos el hombro y hacer un gobierno de coalición presidido por un independiente»... Es una fórmula que según Múgica permite la Constitución.

«El Alcázar» publica un balance escalofriante del terrorismo en el año 1980. Suárez dimite, inesperadamente, el 29 de enero. Demasiado tarde... los Reyes son insultados gravemente en la Casa de Juntas de Guernica, el 4 de febrero, España fue vejada e insultada en la persona de sus Reyes. De un modo alucinante España desemboca en el 23-F... Este recorrido por la prensa de los meses que precedieron al 23-F resuelta extenuante, y esclarecedor. Alguien, que continúa en la sombra, tuvo la idea de preparar ese «golpe» del que se hablaba en todos los ambientes; a su manera, tratando de «reconducirlo»... Tres militares se necesitaban: Dos para llevarlo a efecto, uno para deshacerlo... Como dice el pueblo, la cabeza rectora se dijo: «Si sale con barbas San Antón, y si no la Purísima Concepción»... «Yo, de parte de quien gane...» ¿Había dos mensajes?

...Y CORTINA

En toda esta trama oculta que ni siquiera el juicio podrá seguramente desvelar, hay un personaje curioso. El comandante Cortina, del CESID. Aparece en un momento culminante; en el preciso momento. Los principales inculpados hablan de él, y él lo niega todo. Cualquier relación, cualquier entrevista. Hasta «El País» (27-2-82) se muestra perplejo: «Cortina es hombre que desde teniente pertenece a los servicios secretos, curiosamente identificado con posiciones próximas a UMD, que despachaba directamente con Rodríguez Sahagún cuando éste era ministro de Defensa, tenido por inteligente, silencioso y sinuoso»... «o aceleró el golpe... o intentó provocarlo para «desactivarlo»... «éste es experto en transformismo»... ¿Quién introdujo en la trama del «golpe» a Cortina? me pregunto. No sólo Armada es un personaje clave. Está también en el misterio este comandante Cortina, jefe de Operaciones Especiales de Inteligencia Militar.

Ahora, en el juicio, se trata, por parte de la prensa oficial, de condenar a todas las Fuerzas Armadas en las personas de los procesados. El trato informativo que se les infiere es lamentable y vergonzoso. El libro de Joaquín Aguirre Bellver «Antes y después del golpe, el Ejército calla», recoge un sin fin de razones que gritan sus agravios desde esas páginas como un alegato legítimo del Ejército contra los políticos. Ha sido demasiado silencio. Ha llegado la hora de la verdad. Hay que decir la verdad.

Herminia C. DE VILLENA

Fuerza Nueva. Nº 792. Del 13 al 20 de marzo de 1982.


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