Don Francisco Franco Bahamonde,
General de División y Jefe de las Fuerzas Armadas de África,
HAGO SABER:
Una vez más el Ejército, unido a las demás fuerzas de la
Nación, se ha visto obligado a recoger el anhelo de la gran mayoría
de españoles que veían con amargura infinita desaparecer lo que a
todos puede unirnos en un ideal común: ESPAÑA.
Se trata de restablecer el imperio del ORDEN dentro de la REPÚBLICA,
no solamente en sus apariencia o signos exteriores, si no también en
su misma esencia; para ello precisa obrar con JUSTICIA que no
repara en clases ni categorías sociales, a las que ni se halaga, ni
se persigue, cesando de estar dividido el país en dos grupos, el de
los que disfrutan del poder y el de los que eran atropellados en sus
derechos, aún tratándose de leyes hechas por los mismos que las
vulneraron: la conducta de cada uno guiará la conducta que con
relación a él seguirá la AUTORIDAD, otro elemento
desaparecido de nuestra nación y que es indispensable en toda
colectividad humana, tanto si es en régimen democrático, como si es
en régimen soviético, en donde llegara a su máximo rigor. El
restablecimiento de este principio de AUTORIDAD, olvidado en
los últimos años, exige inexcusablemente que los castigos sean
ejemplares, por la seriedad con que se impondrán y la rapidez con que
se llevarán a cabo sin titubeos ni vacilaciones.
Por lo que afecta al elemento obrero, queda garantizada la libertad
de trabajo, no admitiéndose coacciones ni de una parte ni de otra.
Las aspiraciones de patronos y obreros serán estudiadas y resueltas
con la mayor justicia posible, en un plan de cooperación, confiando
en que la sensatez de los últimos y la caridad de los primeros,
hermanándose con la razón, la justicia y el patriotismo sabrán
conducir las luchas sociales a un terreno de comprensión con
beneficio para todos y para el país. El que voluntariamente se niegue
a cooperar o dificulte la consecución de estos fines será el que
primera y principalmente sufrirá las consecuencias.
Para llevar a cabo la labor anunciada rápidamente.
El Telegrama del Rif - Melilla,
Sábado, 18 de Julio de 1936.-