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Apartado de
la política desde su cese como presidente del Gobierno. Huyó de España
poco antes de concluir la contienda, fijando su residencia en Francia,
donde fue capturado por los alemanes, durante la II Guerra Mundial, e
internado en el campo de concentración de Oraniemburg hasta su liberación,
por el ejército polaco en abril de 1945. Así como Indalecio
Prieto y Juan Negrín se escaparon de España con grandes fortunas,
Largo Caballero al no poseer dinero y no recibir ayuda de nadie, no pudo
huir a México y de ahí que fuera apresado por el gobierno de Vichy que
lo entregó a los alemanes.
Poco tiempo
después de ser liberado, a los 77 años de edad y tras serle amputada
una pierna en un intento de salvar su vida, Largo Caballero moría en la
clínica de Lyautey (París) el 23 de marzo de 1945. Murió
pobre, como había vivido, incluso cuando era Jefe del Gobierno.
Salvador Madariaga le había escrito: “Te humillaron no los
burgueses, sino los socialistas amigos de los comunistas y de Moscú a
quien no quisiste obedecer”.
Al
instaurarse la Monarquía en la persona de Juan Carlos I, sus restos
mortales fueron enterrados en Madrid el 9 de abril de 1978.
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