ENTRADA SIN LUCHA EN BARCELONA - 26 de Enero de 1.939 - |
El 25
de enero, mientras la caballería del General
Monasterio que ha rendido armas ante la Virgen de Montserrat,
termina la limpieza del macizo de los Bruchs, se completa la línea de
los cuerpos de ejército para el asalto definitivo a Barcelona, desde
Rubí, Solsona, Cardona y Molíns de Rey. Huyen a la desbandada los
dirigentes republicanos y el pueblo de Barcelona asalta los almacenes de
víveres. La descomposición de la defensa es total.
Queipo anuncia en esa tarde del 25 de enero la reconquista de Fuenteovejuna. La noticia de la jornada está en todos los labios: se ha cruzado el Llobregat sin bajas; Barcelona no se va a defender: no estamos ante otro Madrid, como aseguraba hasta el último momento la propaganda de la República. En la madrugada del 26 de enero de 1.939 el C.T.V. despliega entre Tarrasa y Sabadell con órdenes para cerrar hasta el mar el cerco de Barcelona; pero no será necesario completar la tenaza. A la derecha, los navarros suben al Tibidabo, y tras desfilar en silencio frente a Pedralbes el Cuerpo Marroquí sube a la montaña de Montjuich donde ahoga sumariamente la única resistencia enemiga de la jornada, con excepción de algunos "pacos" aislados. Un destacamento de los Altavoces del Frente penetra en la ciudad a cuerpo limpio y comienza a emitir marchas militares de la zona nacional. Von Richthofen prohíbe la entrada en Barcelona a la artillería ligera de la Legión Cóndor, que se estaciona en Pedralbes. Marroquíes, italianos y navarros avanzan con prudencia a través de unas calles primero desiertas, luego rebosantes, desde que los barceloneses oyen hablar en castellano y en catalán a los "invasores". No hubo bombardeo previo para asegurar la entrada en Barcelona. Por la Gran Vía Diagonal entrón el Cuerpo de Ejército de Navarra, que llevaba en vanguardia al Batallón de Ametralladoras Número 7 de Plasencia, a las órdenes de un catalán, Narciso Díaz Romañach, natural de Figueras. A la una de la tarde, Radio Nacional da la noticia esperada en todo el mundo; Barcelona se ha incorporado a la nueva España. El General Álvarez Arenas actuó en Barcelona con plenos poderes. A sus órdenes se instaló la Auditoria de Guerra del Ejército de Ocupación, dirigida por el coronel Planas de Tovar. Dionisio Ridruejo ha contado cómo estos organismos militares cortaron en seco la campaña de comprensión que los equipos de Prensa y Propaganda pensaban realizar en la capital catalana. La actitud oficial fue un grave error que cortó las esperanzas de muchos catalanes en el nuevo régimen, ante las agresiones culturales que desde el primer momento se consumaron. Aunque el General Yagüe descalificó a quienes pretendían arrancar el rótulo de Plaza de Cataluña, justo cuando Antonio Machado cruzaba la frontera francesa con su madre enferma y se detenía en Collioure para esperar a la muerte. La columna de Orden Público que salió de Zaragoza se comportó en Barcelona con hidalguía aragonesa. Nada puede superar el comentario del general Rojo tras la jornada del 26 de enero:
Por entonces un jefe de unidad del G.E.R.O. envía al General Rojo una carta, transcrita por éste en su obra Alerta los pueblos, donde se encierra el diagnóstico de la derrota en Cataluña:
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El General Álvarez Arenas pasea por las Ramblas de Barcelona. |
El General Juan Yagüe, acompañado por el General habilitado Barrón y el Teniente Coronel Mariano Alonso. |
Las vanguardias de los cuerpos de ejército de Navarra y Marroquí entran hermanadas en la Gran Vía Diagonal, camino del puerto. |
El gran desfile del Ejército Nacional en Barcelona. Era ya virtualmente el final de la guerra. |
Toda Barcelona con el Ejército del Norte, según diría el General Rojo: "Toda Cataluña deseaba ya a Franco". |
La Sta. Misa pública, prohibida desde julio de 1.936, se celebra en la Plaza de Cataluña con numeroso público detrás del Ejército. Barcelona volvía a ser la misma. |
Franco preside, desde un balcón de la Diagonal barcelonesa, el desfile de la victoria en Cataluña el 21 de febrero de 1.939. |