El abad de La Santa Cruz del Valle de los Caídos,
D. Anselmo Álvarez, anunció, el
pasado día catorce, festividad de la exaltación de
la Santa Cruz, que en dicha abadía dejarían de
oficiarse funerales por Francisco Franco y
José Antonio Primo de Rivera tal y como se
venían realizando hasta ahora desde los años 60. En
adelante se celebrará una eucaristía, cada 3
de noviembre a las 11 de la mañana, por
todos los caídos en nuestra guerra de 1936.
Me
consta que D. Anselmo es un hombre de Dios
y que en su ánimo está hacer lo mejor para
la Iglesia, su comunidad de monjes benedictinos y la
reconciliación de todos los españoles.
Esta decisión es un intento más de mostrar la
verdadera naturaleza del Valle como lugar de
oración, reconciliación y estudio de y para todos
los españoles dejándolo al margen de luchas y,
estériles (pero dañinas), polémicas políticas. Deseo
que así sea, pero no soy ingenuo y hay personas
enconadas en su odio visceral a media España y su
historia que no depondrán su intención de
borrar el Valle de los Caídos del mapa (en
sentido figurado en algunos casos y en sentido
literal en otros muchos).
La
verdad es que he sido testigo desde hace 35 años de
esas misas, y allí asistían personas de todo los
tipo con las más variadas motivaciones:
nostálgicos, fascista-paganos, folklóricos… y
muchos, la mayoría, con la recta intención
de orar por todos los caídos y de honrar dos figuras
que, con sus luces y sus sombras,
se esforzaron por legarnos una España mejor.
Pero este no es el tema del presente post. A mi, que
cuando murió Franco tenia solo 6 años, no me
interesa ni alabar ni denostar, mas allá del puro
interés histórico, el anterior régimen. Me importa,
sin olvidar el pasado, del que soy heredero para
bien y para mal, actuar en el presente pensando en
el futuro… pero ¿Por qué este interés de un
sector de la izquierda española en no dejar en paz
este asunto?.
La auténtica intención oculta, no
siempre tanto, de demonizar a Franco y su régimen es
que de paso se demoniza, criminaliza y se odia a
media España, la Iglesia Católica, y a todo aquel
que ose llevar la contraria a la opinión hegemónica,
patrimonio de cierta izquierda dominante, en lo
político y cultural. Estamos en un proceso
revolucionario (por vía de hechos consumados) de
cambio de sistema que incluye la anulación
(hasta donde puedan) de la Iglesia
Católica en particular y de todo aquel ámbito que
proteja la libertad de la persona en general, como
lo son la familia y la escuela. Alguno me
llamará exagerado, ¡ójala me equivoque y el tiempo
me quite la razón!, nada me gustaría más Pero la
demolición del espíritu (o mejor dicho, pacto
tácito) de la transición a este respecto es
evidente.
Por
tanto yo creo que los cristianos no debemos
dejarnos llevar de un buenismo que en
última instancia es dejadez, cobardía y falta de
pulso, contrario a la auténtica Caridad, que como
nos ha recordado el Papa, en su última encíclica, va
unida a la Verdad. Por lo que no debemos pensar que
contemporizando con el falseamiento de nuestra
reciente historia conseguiremos caer más simpáticos
haciendo más fácil la evangelización, que, al fin y
al cabo, es lo que nos interesa por amor a
Jesucristo y las almas.
Para ello tenemos que tener claras algunas cosas, …y
defenderlas ¡claro!:
- La guerra no fue un golpe de
estado militar o fascista, fue una guerra civil
entre hermanos que enfrento a media España con
la otra media. Antes del 18 de julio ya se
habían producido intentos de la izquierda por ir
a la confrontación armada (revolución de
Asturias 1934…) y cuyo detonante inmediato
fueron la quema de Iglesias y Conventos, la
persecución religiosa, los atentados de unos y
otros y el asesinato del jefe de la oposición, D
José Calvo Sotelo.
- Las victimas son dignas de
recuerdo y reivindicación. Las de los dos
bandos, respetándose los unos y los otros.
- La iglesia no tomó partido
político, sencillamente en la autodenominada
zona roja se puso en práctica la eliminación
sistemática (no en todos sitios por igual) de la
Iglesia de ahí la carta colectiva del episcopado
español.
- Los mártires lo fueron única
y exclusivamente a causa de su fe (y del odio a
la fe de los que los mataron) y son patrimonio
de todos. La Iglesia los propone como modelos e
intercesores para todos sin reivindicar ningún
hecho u opción política.
- El régimen de Franco fue,
ciertamente, una dictadura donde tuvo lugar una
represión en los años inmediatamente posteriores
a la contienda que no fue buena ni deseable pero
de menor magnitud de los que nos quieren hacer
creer. Por otra parte se gozó de una indudable
libertad en muchos aspectos (no en otros como el
derecho a reunión etc) y un evidente progreso en
el estado del bienestar (seguridad social,
jubilaciones, clase media, enseñanza etc).
- La transición fue un pacto
donde todos cedieron y donde ninguno quedo
satisfecho pero que sirvió para cambiar de
régimen de la forma menos traumática para todos.
- La democracia en la
actualidad, es cuestión de todos, no es
patrimonio de ningún signo político y durante la
contienda civil pocos, por no decir ninguno,
lucho por ella, ni falangistas, alfonsinos,
tradicionalistas, … ni anarquistas, socialistas
y comunistas.
- La constitución no es un
absoluto, pero es nuestra Ley de mayor rango y
debe ser acatada y respetada por todos, teniendo
en cuenta que ninguno se ve reflejada en ella al
cien por cien y que si se quiere puede ser
reformada siguiendo los cauces previstos en el
propio texto en aras de la convivencia pacifica
de todos los que aquí vivimos
- La aconfesionalidad que
proclama la constitución no es indiferencia ni
mucho menos, hostilidad hacia hecho religioso en
general y a la religión católica en particular.
- Todo cristiano tiene libertad
(¡faltaría más!) para elegir cualquier opción
política legitima.
… Y
respecto al Valle decir que:
- Franco no concibió el Valle como su
mausoleo, probablemente debido a las
autenticas broncas que cada 20N le preparaban
los falangistas, de hecho pensaba ser enterrado
en el cementerio de El Pardo, fue su Majestad D.
Juan Carlos I quien, de acuerdo con el gobierno,
decidió que los restos de Franco reposaran en el
Valle. Cuando ya estaba en estado crítico se
abrió a toda prisa una fosa al otro lado del
altar.
- El doctor Ángel Lausín,
prisionero en el Valle, una vez redimida su
condena, decidió quedarse en el Valle hasta el
final de las obras. Su testimonio como médico
titular es que «en dieciocho años de
obra faraónica hubo sólo catorce muertos»
que está en la medía de accidentes
mortales en este tipo de construcciones.
- Todos aquellos que cumplían condena (la
mayoría no eran trabajadores prisioneros) lo
hacían voluntariamente para redimir penas por el
trabajo, cobrando un sueldo y en muchos casos
viviendo con sus familias en el Poblado. Uno de
estos casos lo cuenta Gregorio Peces
Barba, su padre, condenado a muerte,
fue trasladado al Valle de los Caídos donde
trabajó en las oficinas y redimió su condena.
(Entiendo, no obstante, que todos ellos se
sintiesen victimas de una injusticia y que no
guarden un grato recuerdo de ello pero dista
mucho de esos 20.000 esclavos de los que nos
hablan continuamente)
- Fue diseñado por Juan de Ávalos,
militante socialista con carnet número 7 del
PSOE de Mérida, antes de la guerra, que tras
un breve periodo de exilio regresó a España
donde recibió el encargo de diseñar y realizar
las esculturas del Valle. Aceptó con la
condición de que el Valle de los Caídos
estuviese libre de cualquier simbología política
y de alusiones a vencedores y vencidos, cuestión
en la que coincidió plenamente Franco.
- En el Valle reposan los restos unos
70.000 caídos de ambos bandos, muchos
encontrados en fosas comunes y no reclamados,
muchos otros llevados allí por sus familias.
¡Que pocos cristianos defendiendo así la verdad!
¡Que solos deben sentirse los monjes del Valle!
De
cada uno de nosotros depende que esto empiece a
dejar de ser así. Y sobre todo mucha oración por la
paz y la reconciliación de todos los españoles.
Germán Menéndez
PD1.
El Valle de la Cruz
por D Anselmo Álvarez OSB
PD2. Cada día se hace más actual la sentencia de
Mingote:
ES
POSIBLE QUE LA ESPAÑA DE 1978 ESTÉ TAN CAMBIADA QUE
YA NO LA RECONOZCA LA MADRE QUE LA PARIÓ, PERO SE
ESTÁ PARECIENDO TANTO A LA DE 1936 QUE PRONTO LA
RECONOCERÁ SU ABUELA. (ANTONIO MINGOTE)
…
Trabajemos para que esto no sea así |