El Valle de los Caídos

Lugar de reconciliación y de paz.

La explanada de entrada:

Explanadas al pie de la Cruz, cuya ejecución fue adjudicada por concurso (1952) a la empresa Huarte y Cía.

Las obras de la explanada, en la que se empleó el material extraído del vaciado de la Basílica, fueron sacadas a concurso en diciembre de 1952, Y adjudicadas a la empresa Huarte y Cía. en el precio de 21.608.950 pesetas. Tiene una superficie de 30.600 metros cuadrados, y se llega a ella por una escalinata de 100 metros de anchura y dos tramos de 10 peldaños cada uno. Estas dimensiones corresponden de tal forma a las del total del Monumento que no parecen tan grandes como se podría pensar. Otro tramo de escalinata, de 15 peldaños y 63 metros de anchura llega hasta la entrada de la Basílica subterránea, flanqueada por dos alas simétricas, que forman una exedra. Estas alas llevan unos arcos que, en el primitivo proyecto de Muguruza, iban cerrados y con una decoración en piedra. Un gran acierto de Diego Méndez fue calarlos, desmontando parte del risco, con los problemas correspondientes, dando lugar a una verdadera galería.

Puerta principal de la Basílica, obra del escultor Fernando Cruz Solís.

También la puerta de entrada a la Basílica supuso una nueva solución. La portada, de líneas sencillas enmarca una gran puerta de bronce, obra del escultor Fernando Cruz Solís, primer premio en el Concurso convocado al efecto a fines del año 1956. Esta puerta, de 10,40 metros de altura por 5,80 metros de anchura es de bronce, y representa los quince Misterios del Rosario. Como remate de la portada, y sobre su cornisa, el grupo escultórico de La Piedad, tallado en piedra negra por Juan de Avalos (autor también de las esculturas de la base de la gran Cruz), de 5 metros de altura por 12 metros de longitud.

Por María Juana Ontañon de López Mateos.

40 años en la vida de España.

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