El Ebro es el Íbero, la gran arteria
de Iberia, de España. Labordeta, Marcelino Iglesias, Maragall y
Carod-Rovira lo quieren para ellos. Que se fastidien los que tienen
sed. Castellanos-manchegos, valencianos, murcianos y andaluces. Es
lo que llaman los socialistas «solidaridad». No han pensado que en
Castilla-La Mancha, en Valencia, en Murcia y en Almería, los
perjudicados van a ser todos los agricultores, muchos de ellos también
socialistas. El Ebro es, ante todo y sobre todo, Cantabria. Allí
nace y se hace río. Castilla lo enriquece. Creo que el primer
afluente castellano del Ebro es el Rudrón, un río tronante y bellísimo
que descarga toda su riqueza y su poder en el cauce mayor por
Quintanilla de Escalada, uno de los últimos enclaves castellanos
anteriores al puerto del Escudo, puerta de La Montaña. El Ebro es
Cantabria y Castilla. Y también Navarra, y La Rioja, y Aragón y
Cataluña. No he oído jamás a un portugués que afirme que el Tajo
pertenece a Portugal, a la Beira Baixa, a Ribatejo, a Estremadura, y
finalmente, a Lisboa. Claro, que Labordeta no es portugués, ni
Carod-Rovira, ni Marcelino Iglesias, para fortuna de Portugal. Pero
aquí, en España, impera el cainismo, y el agua que viene de otras
regiones se la quieren apropiar dos comunidades. Ustedes me la
nacen, ustedes me la aumentan, ustedes me la enriquecen y nosotros
la disfrutamos. Después la perdemos a chorros y a la mar la
entregamos, porque si el delta disminuye su capacidad sufren las
garzas, los patos, las fochas y los calamones. Además, que eso no
es lo fundamental. Lo importante es que Labordeta no quiere que se
trasvase el agua del Ebro, y es capaz de componer una canción-protesta
de lo más reivindicativa. Eso, y que la cante en Murcia.
Claro que tienen sed y derecho también los
aragoneses y los catalanes. También los catalanes del área
metropolitana de Barcelona que se verían beneficiados por el
trasvase. Nadie ha pretendido nunca arrebatar ni un litro de agua
del Ebro a Aragón y Cataluña. Lo que se pretendía ¬ya pretensión
vana¬, era ofrecer los sobrantes a otras zonas de España cuyas
tierras se mueren de sed. Eso que los políticos y economistas
cursis llaman «optimizar los recursos». Pues nada, Zapatero ya ha
anunciado que su intención es «pesimizarlos». La próxima será
declarar a la Virgen del Pilar exclusivamente aragonesa y quitárnosla
al resto de los españoles.
Me figuro, y espero que así sea, que Cantabria,
Castilla y León, Navarra y La Rioja tendrán algo que decir en este
asunto. Que no sólo son dignas de atención las quejas de Iglesias,
Carod-Rovira, Maragall y el de la mochila. Al de la mochila parece
habérsele olvidado la tristeza y devastación que ha visto en la
España sedienta. Bonito programa el de la mochila, y bien
remunerado, supongo. Imágenes y dicción emocionantes. Pero el agua
es suya. Ya lo ha conseguido. Los sedientos seguirán sedientos.
Enhorabuena.
La Razón. 17 de Abril
de 2.004.-