El fútbol me interesó de joven. Y hasta hubo un tiempo en que tuve
pretensiones desde la posición de extremo izquierdo en la que
jugaba. Más de una noche me fui a la cama pensando ser el tercero en
discordia: Pirú Gaínza, Paco Gento, Pablo Gasco. Gabilondo, el
extraordinario jugador del Atlético de Madrid y, pasados los años,
médico de la Real Federación de Fútbol, amigo de mi padre,
intervino. Pero no pudo ser. Entre mis jugadores preferidos
merecieron mi atención particular: Chechu Rojo y Elogio Garate. Con
todo, siempre fui del Athetic Club de Bilbao porque todos eran
españoles. Por eso me sigo rebelando con quienes creen ver en
Florentino, Valdano & Mourinho y Cristiano Ronaldo, la Patria, el
Pan y la Justicia; ponen pegas a Piqué, o exoneran de la cárcel
a ese tal Pepe.
Hoy quiero rendir homenaje de respeto y cariño a todos estos
jóvenes, compatriotas nuestros, que, pese a no haber sido educados
en el amor a la patria, más bien todo lo contrario, han sabido
rescatarla de la cuadrilla de maleantes caducos y enfermizos que han
intentado secuestrarla. Por eso mi homenaje a todos estos chicos de
la Selección de Fútbol, a Nadal, Alonso, y a todos y todas las que
en sus distintas disciplinas deportivas han destacado como personas
y deportistas, pero sobre todo como españoles. Por eso les queremos.
Por eso siempre serán de los nuestros.
La política no se comunica ni se dirime solo ni fundamentalmente por
las iniciativas que están presentes en los programas de los partidos
políticos, que a su vez son peones de los grandes lobby´s
ideológicos, sino más bien por las emociones básicas que subyacen en
el consciente e inconsciente de los pueblos. Por eso la estrategia
política será el modo y manera de cómo ensamblemos esas emociones en
los marcos de las iniciativas. De ahí que, sabiendo cuál es el
estado de ánimo de una sociedad como la nuestra, tengamos la
estrategia aplicar: ajustar esas emociones a las iniciativas
políticas, a través de las palabras, las imágenes y los gestos.
Ha llegado la hora de ocupar el marco político, que sin duda
tenemos. Porque es a través de las palabras, las imágenes y los
gestos que hablen de la Patria como construiremos la realidad en la
que queremos vivir. |
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