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Actualizada: 06 de Marzo de 2012.    

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 Carta abierta a un contumaz antifranquista de "La Vanguardia"


   Por Eduardo Palomar Baró.


Sr. Josep Maria Sòria:

Los lectores y suscriptores de “La Vanguardia” (antes Española) que somos los que mantenemos la publicación desde que fue incautada por lo que Vd. denomina República democrática y devuelta a sus propietarios por los Nacionales tan pronto liberaron Barcelona (26 de enero de 1939), estamos hastiados de que menesterosos de la pluma e indocumentados ataquen virulentamente al Generalísimo Franco ante cualquier evento, en un rotativo que ha perdido el norte y la decencia amparado por la actual pseudodemocracia y las apetecibles subvenciones.

Aprovecha Vd. para injuriar a Franco con motivo del 75 aniversario del fusilamiento del general Batet. Creo que desconoce las leyes de guerra en las sublevaciones, olvidando tal vez que al fracasar la rebelión en Barcelona también fue ejecutado el general Goded y la inmensa mayoría de jefes y oficiales capturados.

Parece ignorar que el Regimiento de Cazadores de Santiago se tuvo que refugiar en el Convento de los Padres Carmelitas (Diagonal-Lauria) al mando del coronel Francisco Lacasa Burgos y que el coronel Antonio Escobar Huerta de la Guardia Civil le prometió que si se rendían velaría por la vida de ellos, ante la muchedumbre que se agolpaba a las puertas de convento. Total que no cumplió la promesa, siendo asesinados todos los oficiales y siendo el coronel Lacasa, decapitado y paseando la chusma su cabeza en triunfo por la ciudad. Además once padres carmelitas sufrieron el martirio, al ser destrozados a navajazos.

¿Ésta era la República que los ignaros como Vd. defienden con tanto tesón?

Según el código militar, ante una sublevación, el que se opone ya sabe lo que le espera si no llega el indulto, difícil en tan lamentables circunstancias porque no depende de una sola persona, aunque aparentemente sea así. Las condenas previo juicio las sentencian los tribunales militares.

Su mediocre talla intelectual queda demostrada por las fuentes bibliográficas en las que se apoya, como en el monje Hilari Raguer, furibundo antifranquista, que se autodenomina historiador, cuando su verdadera profesión es la de inventor y falsificador de la Historia de España.

Señor Sòria, todo lo que dice de Franco en ese panfleto titulado “La tercera España del general Batet” es una verdadera falacia y alucinante fantasía. Franco siempre estuvo en primera línea siendo oficial y su valentía y arrojo queda demostrado con la grave herida que sufrió en los combates africanos. Tal vez ignora Vd. que a los 33 años de edad era el general más joven de Europa.

Fue el primer Director de la Academia General Militar de Zaragoza nombrado por el dictador Miguel Primo de Rivera, hasta que fue clausurada por Manuel Azaña. El discurso de despedida a los Cadetes que pronunció, hizo temblar a la plana mayor republicana.

En cuanto a las alucinaciones psiquiátricas –dignas de tratamiento médico− que le transmite su mentor e inspirador bibliográfico, sobre la conducta de Franco, se atreve a decir, que tenía poco de militar “por utilizar una enfermedad leve para no estar con sus soldados, y pasearse por círculos y bares”. Un verdadero delirio de la mente patológica del presunto monje.

Sepa Vd. que Franco fue un militar de pies a cabeza. Que su carrera en la milicia no pudo ser más brillante. Que los ascensos tan rápidos no se consiguen en las tertulias, sino en el frente.

Cuando quiera hablar de Franco, no se dedique a copiar, al que tan asiduo es. Intente investigar, estudiar y buscar bibliografías asépticas de ilustres historiadores contemporáneos del Generalísimo que no estén contaminados por ideologías abyectas.

Por último y por si Vd. lo desconoce, al fracasar el alzamiento en Madrid las turbas frentepopulistas asaltaron el Hospital Militar Gómez Ulla, donde estaba hospitalizado el general Eduardo López Ochoa, que había reprimido la sublevación de Asturias en 1934 –por cierto, masón como el abuelísimo de Rodríguez Zapatero−, sacaron al militar a la fuerza, le cortaron brutalmente la cabeza y la exhibieron en una festiva procesión por todo Madrid. Otro ejemplo de como se las gastaban aquellos ‘demócratas’ del Frente Popular.

Todos los que opinan como Vd. y vivieron algunos años de aquella dorada y próspera época, su cobardía no les permitió desahogarse entonces, escondidos o camuflados con sus ideas, o proceder a cambiar la camisa cuando Franco había fallecido, se comportan ahora con una gran valentía y heroísmo...

Como persona mi respeto hacia Vd., pero en cuanto a emborronador y copiador de páginas en “La Vanguardia”, mi más absoluto desprecio.


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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.012. - España -

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