Al final, Eta-Batasuna nos volvieron a meter el gol, ahora bajo las
siglas del Partido Comunista de las Tierras Vascas. La democracia,
claudicante ante la dejadez de Rodríguez Zapatero. Nuevamente, los
amigos de Eta, con representación en las Vascongadas, tienen
representación parlamentaria ante la risa de hiena de Otegui. María
San Gil, del PP, la única que defiende la unidad con España de la
región vasca.
El Plan de Ibarretxe para destrozar España en mil pedazos, cual reino
de Taifas, sigue en pie y con más vigor aún. De una nación casi
federal por el Estado de las Autonomías, si a ésto no se le pone
freno, pasaremos a ser varias naciones independientes. Eso sí, todos
los independentistas no tienen reparo en cuanto al reparto para sus
fines del dinero español.
País Vasco y Cataluña, además, discriminan a quiénes quieren
que sus hijos reciban clases en español, e incluso a los profesores
que no tienen el nivel requerido de sus lenguas. Todo una dictadura.
En un año de Zapaterismo hemos vuelto a la corrupción, como en
los "mejores tiempos del felipismo". Ahora son las facturas
falsas del Ayuntamiento de Sevilla. La ministra Trujillo quiere que la
gente viva en ataudes-casa de 25 metros, y las autonomías gobernadas
por el PP son discriminadas económicamente en infraestructuras.
Galicia, Castilla y León, Murcia y valencia reducen los presupuestos
para castigar a la oposición. El PSOE disminuye las subvenciones a
los ayuntamientos regidos por los populares en cantidades
abusivas.
No mira por los ciudadanos, lo hace para permanecer en el poder.