Por Aída
Carretero
Creo
que soy una de las pocas personas que se han alegrado y mucho de la
presencia obligada del individuo ZP en la celebración en Roma del
funeral por Su Santidad Juan Pablo II, y digo ésto
porque a la gente parece que la haya molestado, pero si le damos
la vuelta a la tortilla vemos que con ello ha recibido una bofetada
tremenda al ver que a pesar de su laicismo la gente sigue y necesita
creer en algo más sublime que su pseudotalante. Por todo ello me atrevo
a hacer ciertas consideraciones:
1)
Ha ido obligado, lo cual significa que no tiene personalidad. El
Presidente de China, que es tan laico como él no ha ido.
2) Se
atreve ha invitar a los reyes que protocolariamente están por encima de
él, lo cual indica que como asesores tiene una panda de inútiles.
3)
Ha visto que la mayoría de gente, y qué mayoría, unas
cuatro millones de personas, asisten y peregrinan a la plaza
de San Pedro pasando frió, calor, etc con tal de darle el ultimo adiós
a nuestro Papa (cosa que le viene bien saber que no todos somos como él:
anticatólico, ateo, etc ). Que vea que las personas normales, no como
él, creen en algo y ya quisiera él que en su funeral le recordaran así
, porque si sigue así no le recordara ni la historia.
4)
Aunque sea la única misa que haya ido en su vida, no la olvidará y se
la tragará con el doloroso sonido de fondo de lloros y rezos de
gentes de todos los lugares de España y del Mundo que no piensan
como él.
O
sea que para mí ZP asiste a una gran manifestación de católicos
y de otras religiones en contra de cuatro que piensan como él. Creo que
a partir de ahora pensará mucho meterse con la Religión y si lo
sigue haciendo para mí es un trozo de carne bautizada, eso si lo está.
Con
ello quiero decir que si él pretende convertir en Sodoma y Gomorra a
nuestra Patria no lo conseguirá ya que antes nos uniremos todos contra
él.
10
de Abril de 2.005.-
