Carod Rovira, jefe de Zapatero, propone además de desmantelar el
Valle de los Caídos, que el 12 de octubre deje de ser Fiesta Nacional
de España, mientras no arregla la corrupción de la Generalidad ni el
derrumbe de El Carmelo.
En la región Vasca, Ibarreche sigue como un toro desbocado
explicando las excelencias de su Plan secesionista, defiende que un
grupo venido de Batasuna se presente a las elecciones y manda quitar
la placa del Sagrado Corazón de Jesús por decir "Reinaré en
España". Mientras, Izquierda Unida, quiere que desaparezca el
monumento "por franquista". Ésta gente tiene una obsesión
enfermiza.
Maragall y su tripartito están envenenado la vida política española
junto a los separatistas vascos. Zapatero, mientras, con imperturbable
sonrisa y un talante asombrosos, calla ante ésto, olvidando
igualmente sus promesas electorales de 100 euros mensuales a todas las
madres con niños pequeños y las 180.000 viviendas anuales de
protección oficial que se esfumaron como el humo. Por si fuera poco,
somos la nación europea con las ayudas familiares más escasas y la
natalidad más baja.