LA CENSURA LIBERAL

 

Por R.Casero.

En los tiempos que corren, parece que la palabra CENSURA está denostada en nuestra sociedad y se asocia a algo del pasado. En concreto se asocia a la época de Franco, esa que es recordada tan asiduamente por los progresistas de turno y que critican hasta la saciedad, en un intento de ganar la guerra que perdieron en el 39 y que se empeñan en seguir reviviendo, como si de ello dependiera el que la historia cambiase a su favor.

La censura  que tanto «detestan» es la que según dicen, se ejercía bajo el Régimen de Franco y  mantenía al pueblo oprimido y sin libertades, en el que nadie podía vivir tranquilo, pero que mire usted por donde, duró cuarenta años y marcó la etapa de paz y estabilidad más larga que nuestro país había conocido desde hacia siglos. Pues bien, estos progresistas de turno se empeñan en referirse al pasado para ejemplarizar la censura, cuando son ellos y su sistema imperante los que la ejercen a día de hoy con un rigor extraordinario y para ello me apoyo en ejemplos que todo el mundo puede observar con claridad.

En este sistema liberal, es cierto que existen libertades formales que se encarnan en la constitución del 78, eso no lo niega nadie, pero se puede afirmar con total rigor que el sistema busca su perpetuación en el tiempo y su incuestionabilidad, a través de dejar un margen « ideológico» que acoja a la derecha e izquierda liberales.

El problema surge cuando se tienen ideologías que se salen del marco liberal dominante y se cuestionan muchas de las bases sobre las que se asienta el actual Estado. En este punto, cuando la ideología es derechista y tradicional, se pone en marcha el mecanismo que hace aparecer la CENSURA  de una manera notable. Simultáneamente proliferan los calificativos que hacen que muchos españoles sientan complejo de expresar sus ideas en público: FACHA, FASCISTA, AUTORITARIO, DICTATORIAL... o simplemente franquista, puesto que ya se han encargado ellos de que esta palabra tenga una connotación peyorativa en nuestros días.

Con un par de ejemplos, queda al descubierto que en pleno siglo XXI, la censura está muy presente en España.

Cuando en una manifestación sindicalista, estudiantil, izquierdista o antiglobalización, se portan y exhiben banderas republicanas, pocos (por no decir ninguno) son los medios de comunicación de masas o los propios políticos, los que critican y ponen de manifiesto la aparición de símbolos ANTICONSTITUCIONALES,  ya que esta bandera, es intrínsecamente antimonárquica. ¿Acaso no se sale de la constitución, que proclama que la forma política del estado es la Monarquía Parlamentaria?. Pues bien, este hecho no tiene la menor relevancia en los medios del sistema, ni en las instituciones, ni es criticado abiertamente...... Pero por el contrario, cuando es una bandera española la que aparece con el escudo del águila de San Juan la cosa cambia sustancialmente. Entonces el símbolo es anti o preconstitucional, dictatorial, aberrante etc..

Otro ejemplo es cuando una persona cercana a la ideología derechista, tradicional o simplemente patriótica, se ve envuelta en algún altercado, (como ocurrió en la manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo) esa o esas personas pasan a ser de todo: derechistas exaltados, ultras, fascistas, ¡neonazis!... Y por supuesto aparecen en la prensa, televisión, o lo condenan los políticos. Pero cuando son personas cercanas a la EXTREMA IZQUIERDA, que existir existe, (aunque nos quieran hacer pensar lo contrario) la cosa cambia y se utilizan expresiones como «era un grupo de exaltados que sólo querían armarla», «no representan ideología alguna», «violentos»... así, sin más, si hacer referencia a la ideología que profesan y que conviene que no sea criticada, pues sustenta al propio sistema.

En definitiva, estos son sólo un par de ejemplos que ponen de relieve que eso de la censura no hay que buscarla muy lejos, ya que la tenemos aquí, conviviendo con nosotros, haciendo sentirse acomplejada a una parte de la sociedad española que callar calla, pero sentir siente, porque las palabras se pueden silenciar, pero un sentimiento no se puede hacer parar ¿Hasta cuando aguantará?

  29 de Enero de 2005.-


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