FRANCISCO CAJA

 

Por Antonio (Barcelona.)

Cuando estuve en la entrega de premios a escoltas que organizó Convivencia Cívica Catalana en Barcelona hace unos meses, pude estrechar la mano de su presidente Francisco Caja. Yo discrepo de las tesis de su asociación, principalmente porque no creo en el régimen autonómico de la Constitución de 1978, que es algo que esta asociación da por bueno e incluso realza como garante de libertad, cuando yo creo que es el origen y causa de los males que venimos padeciendo. A pesar de esta diferencia de concepto (que a los ojos de los separatistas no le hace a él menos odioso que a mí ), sentí que estaba ante una de esas personas que anteponen la dignidad ante cualquier otra cosa, ante alguien digno no sólo de respeto en su lucha sino digno de admiración por el estrecho margen que el régimen en el que vivimos deja a estas asociaciones que, entre otros muchos aspectos, se preocupan por cuestiones que debieran ser tan evidentes como la del derecho que una persona tendría que tener en Cataluña de estudiar en español.

Derecho tan evidente como el derecho que debiera tener una persona amenazada a tener escolta.

Vivimos en una sociedad tan invadida por el miedo que el silencio más escandaloso se ha apoderado de todos: desde los medios de comunicación hasta el último de los partidos políticos sin excepción.

Pero yo quisiera decir algo. Si mañana el Sr. Francisco Caja sufre un atentado, seremos todos culpables en mayor o menor medida.

Pero especialmente aquellos que deberían actuar: el gobierno de la nación (que últimamente ya no sabe ni lo que significa el término nación) y el Partido Popular de Cataluña (que últimamente trae con facilidad a la memoria el pasado nacionalista de Piqué.)

 

26 de Noviembre de 2.004.-

 


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