Van los colectívos gays de injustos, y el grupo zeta, Prisa, La Ser, etc., se les caen lagrimitas cuando alguno cuenta en sus emisoras lo "discriminados" que están porque no se pueden casar o adoptar niños. Qué penita, madre, y qué dolor, que ésta marica no tenga derecho de adopción. El victimismo es rentable. Reciben ingentes cantidades de subvención. Con la Iglesia hemos topado. Cuando un obispo expone la opinión de la doctrina bimilenaria de la Iglesia, todo el mariconerío, todos a una, como los mosqueteros, a denunciar por homófobo. Pues más de media España es homófoba según lo entienden ellos, pues, pese a mucha encuesta falsificada de que hagan gala, la mayoría de las personas está contra las aberraciones homosexuales. La vozá en la calle por mucho que quieran acallarla o censurarla. Mayores censores que los actuales colectívos gays jamás hubo en España. Como locas chillonas cada vez que alguien contraría sus posiciones. Y toda la izquierda, a reírle las gracias a bollos-transex-mariquitas/azúcar y maricones de gimnasio. Quieren ser respetados, pero insultan en "Zero", órgano inquisitorial del mundo gay a los que contradicen sus posiciones. El totalitarismo homo queda patente, además de su falta de calidad humana, pues mienten, calumnian y despellejan a los que los contradicen. Ésta es la nueva inquisición ultralaica. Y el PP callado, políticamente correcto, el centro-derecha no es ni chicha ni limoná.
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