Atutxa reclama crear una comisión interparlamentaria y Marín lo rechaza

 

El presidente del Parlamento de Vitoria advierte que el «pueblo vasco no entenderá jamás» un rechazo al plan Ibarretxe «sin entrar al fondo de la cuestión»
Atutxa y Marín se reunieron después de que una funcionaria registrara el plan en el Congreso. / EFE
No habrá negociación bilateral. El presidente del Congreso, Manuel Marín, respondió ayer a Juan María Atutxa con la misma rotundidad empleada por José Luis Rodríguez Zapatero en su entrevista con el jefe del Ejecutivo vasco. El responsable del Parlamento autónomo pretendía que a partir de la próxima semana se hubiera podido constituir una comisión interparlamentaria sobre el plan Ibarretxe previa al debate en Pleno del proyecto que podría celebrarse la segunda semana de marzo.

El dirigente nacionalista esperaba así conseguir un cambio de posición de los dos partidos mayoritarios, que ya han anunciado su 'no' tajante a la propuesta. Pero Marín fue muy claro: la tramitación del proyecto de reforma del Estatuto de Gernika seguirá los cauces establecidos en el Reglamento de la Cámara Baja. Y esos cauces no incluyen las conversaciones entre parlamentos.

Atutxa -que acudió a Madrid a registrar personalmente en el Congreso el texto de la propuesta aprobada el pasado 30 de diciembre en la Asamblea vasca- apenas mostró sorpresa ante esta respuesta; quizá porque ya la esperaba. Él mismo admitió que su planteamiento está fuera de la normativa vigente. Sin embargo, señaló que los reglamentos «no son un corsé del que uno no pueda salir si existe acuerdo entre las partes».

Arropado por los portavoces del PNV y EA en el Congreso, Josu Erkoreka, José Ramón Beloki y Begoña Lasagabaster, así como por la senadora de Ezker Batua, Isabel López Aulestia, el presidente del Parlamento vasco comenzó su intervención ante la prensa con una pequeña alocución en euskera y presentó su oferta para crear esta comisión conjunta como prueba del «espíritu constructivo y de diálogo con el que viajo a Madrid».

A su juicio, este grupo de trabajo bilateral podría «alisar el terreno» e intentar que «en ese primer debate de toma en consideración pudiéramos llegar quizá con las ideas un poco más claras o con mayor conocimiento respecto de lo que estamos hablando».

Atutxa dio a entender, una vez más, que son las dos principales formaciones parlamentarias quienes han adoptado una actitud intransigente frente a su iniciativa. «Yo propongo que tratemos esta cuestión con delicadeza y flexibilidad -dijo- pero, si no hay voluntad de negociar, no podremos mostrarnos flexibles ni sensibles a otros planteamientos».

El presidente del Parlamento vasco lanzó, además, una advertencia. «El pueblo vasco no entenderá jamás ese rechazo de plano en primera instancia y sin entrar al fondo de la cuestión», aventuró. Eso era lo que pretendía, según dijo, con su propuesta. Dado que, a su juicio, un debate de toma en consideración como el que se producirá en el Congreso no da para abordar las propuestas en profundidad -y puesto que PP y PSOE cortarán el paso al plan Ibarretxe en primera sesión plenaria- esperaba que un encuentro entre una delegación de la Cámara vasca y otra del Parlamento nacional sirviera para «llegar a una interpretación correcta» de la iniciativa.

«Aquel viejo Estatuto»

Una propuesta que «no habla de secesión ni de independencia», sino que va dirigida a «regular y actualizar aquel viejo Estatuto que ha resultado ser un valiosísimo instrumento para avanzar en el progreso y en el bienestar de los ciudadanos».

De cara al futuro, Atutxa también elucubró sobre cuál puede ser la representación que envíe el Parlamento vasco al Congreso para explicar la propuesta aprobada el pasado 30 de diciembre. En este sentido, admitió que un miembro de Sozialista Abertzaleak podría formar parte de dicha delegación porque esta posibilidad «cabe legalmente». Asimismo, dejó claro que, de la misma manera, podría ser el propio lehendakari Ibarretxe, ya que el único requisito que exige el Congreso es que sean parlamentarios de la Cámara de Vitoria.

Si su estancia en el interior del Congreso no abandonó las formas protocolarias, menos agradable fue, sin embargo, su llegada. Enfundados en una gran bandera de España le esperaban unos cuantos extremistas pertenecientes a Falange que le recibieron al grito de «asesino» y «terrorista» mientras coreaban consignas a favor de la unidad de España y en contra del plan Ibarretxe. Los insultos se volvieron a repetir a la salida de las Cortes una vez registrado el proyecto de reforma estatutaria, cuando el presidente Atutxa abandonó el Palacio acompañado por los diputados del PNV y EA. Pero la cosa no pasó a mayores.

El Correo Digital de Vizcaya. 15 de Enero de 2.005.-

 

© Generalísimo Francisco Franco. 15 de Enero de 2.005.-


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