65 mártires de
la persecución religiosa en España, a los altares
Promulgados ante
Juan Pablo II los decretos relativos su martirio
Este martes, la promulgación en presencia de Juan Pablo II de
los decretos relativos al martirio de 65 españoles asesinados por
odio a la fe en el contexto de la guerra civil española ha abierto
las puertas a su beatificación.
Son en total 16 los nuevos decretos promulgados en la Sala
Clementina del Palacio Apostólico Vaticano relativos a las virtudes
heroicas, los martirios y los milagros de distintos Siervos y
Siervas de Dios, según leyó el cardenal José Saraiva Martins,
prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.
Ante representantes de las diócesis e institutos religiosos de
procedencia de los Siervos de Dios, miembros del citado dicasterio y
los postuladores correspondientes, el purpurado subrayó que estas
causas afectan «de manera especial a Argentina, Chile, la India,
Italia, México y España».
«El heroico testimonio cristiano de sus hijos y de sus hijas es
fuente de consuelo y de estímulo para esas comunidades eclesiales
--aseguró--. Su glorificación en la tierra acrecentará
ciertamente la eficacia de su ejemplo y la confianza en el poder de
su intercesión ante Dios».
Los decretos sobre el martirio se refieren a «una pequeña
representación de la gran multitud de mártires y de testigos de la
fe que siguieron a Cristo hasta la efusión de sangre en tierra
mexicana y española», aclaró.
Fueron asesinados por odio a la fe durante la persecución religiosa
en España entre 1936 y 1937, «entre muchos otros» –explicó el
cardenal Saraiva Martins-- catorce Carmelitas
Descalzos, de los que doce eran sacerdotes, a cuyo frente
estaba el padre Lucas de San José (en el siglo José Tristany
Pujol), nacido en 1872 y asesinado el 20 de julio de 1936 en
Barcelona.
Se suman a los anteriores cuarenta y cuatro Hermanos
de las Escuelas Cristianas, bajo la guía del Hermano
Leonardo José (en el siglo José María Aragonés Mateu) –nacido
en 1886 y asesinado el 9 de agosto de 1936 en Traveseres--, la
superiora general de las Hermanas
Carmelitas de la Caridad –Madre Apolonia del Santísimo
Sacramento (en el siglo Apolonia Lizárraga y Ochoa), nacida en 1877
y asesinada el 8 de septiembre de 1936 en Barcelona— y cuatro Hermanas
Carmelitas Misioneras: Sor Esperanza de la Cruz, Sor María
del Refugio del Santo Ángel, Sor Daniela de San Bernabé y Sor
Gabriela de San Juan de la Cruz.
«Al grupo pertenece también un seminarista
de Barcelona, el Siervo de Dios José Casas Ros», añadió
el cardenal José Saraiva Martins.
Igualmente el Siervo de Dios Fray Bernardo (en el siglo Plácido Fábrega
Juliá), español, sacerdote de las Escuelas Maristas, nacido en
1889, fue asesinado por odio a la fe el 6 de octubre de 1934 en
Barruelo durante la persecución religiosa en España.
Éste último había entrado adolescente en el Instituto de los
Hermanos Maristas de las Escuelas, fundado por San Marcelino Juan
Bautista Champagnat. Cuando fue asesinado por odio a la fe, a
inicios de la guerra civil española, era superior de su comunidad y
director de la escuela de Barruelo de Santullán (provincia de
Palencia).
«A estos Siervos de Dios, y especialmente a los mártires, que
fueron víctimas de la intolerancia religiosa y del odio contra la
Iglesia, encomendamos la paz del mundo, según las intenciones de
Vuestra Santidad –dijo el cardenal Saraiva ante el Papa--, que
recientemente ha invitado a “intensificar la oración por Oriente
Medio implorando al Señor que conceda la gracia de la paz y de la
reconciliación a todos los habitantes de esta región herida por la
violencia”».