Los
treces Prelados asesinados por los rojos.
IRURITA
ALMÁNDOZ, Manuel.
Obispo
de Barcelona. (1876-1936).
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Nació el 19 de agosto de
1876 en Larraínza (Navarra). Cursó sus primeros estudios en el
colegio de los padres capuchinos de Lecároz y posteriormente en
el Seminario diocesano de Pamplona. En Valencia transcurrió su
vida sacerdotal desde 1905 a 1927. Culminó su formación eclesiástica
con los grados de doctor en Filosofía y Sagrada Teología,
conseguidos en la entonces Universidad Pontificia.
En diciembre de 1926, la Santa Sede lo
preconiza obispo de Lérida recibiendo la consagración
episcopal el 25 de marzo de 1927, finalizando su pontificado en
marzo de 1930 con su designación para la sede de Barcelona.
Tras el fracaso de Goded en el alzamiento, comenzó la marea
revolucionaria y la terrible persecución al clero, al
empresario, al hombre de derechas, al estudiante y a los católicos.
El
21 de julio monseñor Irurita estaba diciendo misa en la capilla
episcopal cuando se oyó el tumulto de los asaltantes. Finalizado el
santo sacrificio, salió con algunos familiares por la puerta secreta,
logrando ocultarse en el domicilio de la calle Call nº 17 del ejemplar
católico catalán y joyero de profesión Antonio Tort, el cual había
dado también acomodo a las religiosas Carmelitas de la Caridad MM.
Elvira Ruiz y Micaela, HH. Montserrat Sabanes y María Torres. Se
dispusieron tres departamentos, uno ocupado por el obispo y su familiar
Marco Goñi, otra reservado a las religiosas y el tercero ocupado por la
familia Tort. Una de las habitaciones se destinó a oratorio. A las seis
y cuarto de la mañana empezaba la misa. A las doce se rezaba el ángelus
y una parte del rosario. A las cinco se rezaba otra parte del rosario y
a las ocho la visita al Santísimo. |
El
1 de diciembre de 1936, allanaron la vivienda doce milicianos de la
Patrulla de Control número 11, de Pueblo Nuevo, que radicaba en la
calle Pedro IV nº 166, realizando un concienzudo registro, descubriendo
algunos objetos religiosos que fueron profanados y robados. Se
apoderaron del Dr. Irurita, de Marcos Goñi, de Antonio Tort, de su
hermano Francisco, de la hija de Antonio, Mercedes, y de las HH. María
Torres y Montserrat Sabanes. Primero se los llevaron al comité de San
Adrián, del que pasaron al central de San Gervasio y finalmente a la
checa de San Elías. Todo ello en el plazo de cuarenta y ocho horas que
mediaron entre la detención domiciliaria y el fusilamiento de los
cuatro varones de la expedición, en Moncada y a las doce de la noche
del día 3 de diciembre de 1936.
Uno
de los hombres que dispararon en el cementerio de Moncada, detenido una
vez finalizada la guerra civil para ser juzgado por sus crímenes,
declaró al capellán castrense de la cárcel de Lérida, Rvdo. Eusebio
Vidal, que el Dr. Irurita, cuando estaba en el paredón aguardando la
descarga, habló a los allí presentes en esta forma:
«Os bendigo a
todos los que estáis en mi presencia, así como también bendigo a las
balas que me ocasionarán la muerte, ya que serán las llaves que me
abrirán las puertas del cielo».
© Generalísimo Francisco Franco, 2.005.-