Nació
en Benicarló (Castellón) el 9 de febrero de 1881.
Fue alumno de los Hermanos en la escuela de Benicarló,
y a los 12 años ingresó en el Seminario de Tortosa.
A los 17 años, dejó el Seminario para pedir el
ingreso en el Noviciado de los Hermanos de las
Escuelas Cristianas. Tomó el hábito religioso el 9
de junio de 1898. Comenzó su apostolado en Arenys de
Mar. Subdirector del Escolasticado de Cambrills por un
año, en 1911 fue destinado a Manlleu, donde
permaneció ocho años. Se hizo cargo después de la
dirección de la Escuela de Santa Madrona. Dio clase
en San Hipólito de Voltregá, hasta que en 1920 fue
nombrado Director de Manlleu, por tres años. Siguió
otra etapa de profesor en la Bonanova y, finalmente,
en 1926 ocupó su último cargo: Procurador del
Distrito.
La
cruel persecución religiosa que sufrió Barcelona
afectó a los Hermanos de manera terrible. El 19 de
julio de 1936 el H. Crisóstomo, junto con el Director
de Condal, dispusieron la dispersión de los Hermanos
de aquella importante comunidad. El jueves 23 de
julio, durante la comida, se presentó un piquete de
milicianos, para registrar la casa. El domingo 26 a
las 6 de la tarde, otro piquete se llevó a los cinco
Hermanos. Después de tomarles declaración alguien
intervino y mandó dejarlos en libertad. El H.
Crisóstomo se alojó en casa de una familia amiga.
Cuando vio lo peligroso que resultaba seguir con
ellos, buscó una pensión, y desde ella organizó la
asistencia a los Hermanos. Cada día daba cita a
algunos en determinados lugares de la ciudad para
informarse de su situación y facilitarles medios
económicos cuando disponía de ellos. Pero tanto el
H. Crisóstomo como sus fieles colaboradores, el H.
Cándido Alberto y el empleado de la Procuraduría,
Juan López, levantaron sospechas y los milicianos los
seguían con disimulo. El 2 de noviembre de 1936 se
presentó un grupo de milicianos para detenerle. A la
puerta de la casa tenían ya maniatados al H. Cándido
y a Juan López, y también a Félix Poza, conserje
del Colegio Condal. Y en la checa tenían ya al H.
Leónides, Director de Santa Coloma de Farnés. Se
llevaron a los cinco y no se supo más de ellos hasta
el viernes, 6 de noviembre, en que los cuerpos fueron
reconocidos en el
depósito de cadáveres de la ciudad, con una
nota que decía: “Cadáveres encontrados en
Vallvidriera”. El H. Crisóstomo tenía 55 años. El
Consulado de Francia, con el que mantenía estrecha
relación, se hizo cargo del entierro y adquirió
cinco nichos para su sepultura. Presidió el entierro
el Canciller del Consulado. El 23 de octubre de 1939
se reconocieron los restos mortales y fueron
trasladados a Cambrils. Sus restos descansan ahora en
San Martín de Sasgayolas.
El 28 de octubre de 2007 será
beatificado en Roma por el Papa Benedicto XVI con
otros 487 mártires de la Guerra Civil Española.
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