ORACIÓN    

 

Santísima e Inmaculada Señora: por haberos preservado el Altísimo de toda mancha de pecado para que fueseis digna Madre de su Unigénito Hijo, que de vuestras virginales entrañas tomó carne humana y se hizo hombre, Os suplicamos, ¡oh, Purísima Patrona y Abogada de la Infantería española!, que extendáis vuestro manto protector sobre nuestra Patria, sobre nuestro Ejército de tierra, mar y aire y de modo especial sobre el Arma de Infantería, que os reconoce y proclama Reina, Señora y Madre suya.

Dirigid también vuestra piadosa mirada a todos cuantos os tributan estos solemnes cultos y alcanzad para todos y cada uno de nosotros perdón cumplido de nuestros pecados, que figure nuestro nombre entre el número de los predestinados y que consigamos la perseverancia final a fin de merecer la gloria eterna, que esperamos, Señora, por vuestra intercesión y por el mismo Señor, que vive y reina Dios por los siglos e los siglos. 

Amén.