Cosmética
de campaña
Por
Cristina Losada
Cuando silencian una voz, nos callan a todos.
Que no sellen tus labios
es el gran lema. El eufemismo cabalga sobre el engaño. No se trata, que
sepamos, de una campaña por la libertad de expresión. No se silencia
una voz, se mata. Y si el gobierno vasco pretende, como dice, arrancar
la costra de silencio bajo la que vive una parte de la sociedad, primero
tendrá que llamar a las cosas por su nombre. Dejarse de trucos de
maquillaje. Pero la campaña hace lo que dice que no hay que hacer. La manida metáfora del maquillaje, leve y
superficial como el maquillaje mismo, es la madre del cordero, el
concepto. Sólo el que ve el terrorismo como un grano que desluce el
cutis puede abordar desde esa idea lo que ocurre en la sociedad vasca.
La cosmética, como bien se advierte en todas las cremas, se limita a
las capas superiores de la epidermis. La indiferencia hacia las víctimas
hunde sus raíces más en la profundidad, donde están los surcos que
los nacionalistas vascos llevan arando desde hace mucho tiempo. Hay quienes celebran, y quizá tengan razón,
que con todo y pese a todo, el gobierno vasco haya cambiado de registro.
Dados los antecedentes y el estilo de salida, esta mudanza recuerda a
los tratamientos que se hacen para estar de buen ver en fechas señaladas.
La campaña del Plan Ibarreche y las generales bien se merecen un pase
por el instituto de belleza. Y, por cierto, que les está dando
resultado y se oye por ahí que se les ve mejor. Ahora bien, y puesto
que se han empeñado en explicar la condenada imagen, conviene que sepan
que los labios no se pintan para taparlos, sino para que resalten. Libertad Digital. 25 de enero de 2.004. |