ACERTADA RESPUESTA DE RAJOY

 

Por José Luis Muñoz.

 
No cabe mayor alarde de desvergüenza y cinismo políticos en la carta de Zapatero a Rajoy. Quien ha incumplido de forma reiterada y persistente la Ley de Partidos negándose a instar la ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas, desoyendo las peticiones formuladas al respecto e ignorando y ocultando las pruebas presentadas; quien ha convertido el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo en un recuerdo del pasado sin operatividad real, no se comprende que pase la pelota al Partido Popular, dejando en sus manos la convocatoria de una reunión del citado Pacto.
 
Cuando recientemente  y en diversas ocasiones, ha solicitado el Partido Popular la convocatoria del Pacto, ha recibido la negativa como respuesta, eso sí empleando como justificación el socorrido recurso de atacar y derivar la responsabilidad de ello al citado Partido, con la aparición en escena de ese peculiar personaje socialista llamado José Blanco, adelantado de ZP.
 
Para rematar la desfachatez, ahora que el inefable sectario se ve en dificultades por su reciente enfrentamiento con la Iglesia Católica a propósito del amoral y aberrante matrimonio homosexual, con las justificadas críticas y condenas de dos ilustres representantes de la Curia Vaticana - aunque el Gobierno no se quiera dar por enterado -, unida a la próxima celebración del debate sobre el estado de la nación,  no nos sorprende que trate de desviar la atención de los españoles acudiendo al recurso fácil de dar la vuelta a la tortilla y descargar la responsabilidad de nuevo sobre el Partido Popular. Si  a eso unimos su reciente comparencia en un programa de la Televisión Pública, donde ha puesto una vez más de manifiesto su desmedida vanidad autocomplaciente carente de una mínima autocrítica, es lógico y compresible que el único Partido de la oposición no se preste a la componenda.
 
La respuesta del líder del Partido Popular es acertada, justa y digna de todo elogio, dejando claro que no va a dejar que se le siga tomando el pelo ni tampoco a los más de diez millones de españoles que representa. Clara, contundente y al propio tiempo con una elegancia digna de quien en solitario ejerce la oposición contra un ¿ Gobierno ?, cautivo de sus propias limitaciones y sometido al voluntario dictado de unos socios que no se distinguen por su lealtad al vigente sistema constitucional. 
 
El Partido Popular en reiteradas ocasiones le ha ofrecido su leal apoyo y colaboración, recibiendo como respuesta el insulto y la burla más desdeñosos, porque  ZP prefiere seguir asociado a los enemigos de España y continuar la vía demagógica que ha emprendido, - eso sí -,  bajo su única y exclusiva responsabilidad.

 

26 de Abril de 2.005.-


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