LA
VERDADERA HISTORIA
Por
Juan Francisco.
Compré el libro de la niña-talento, Pituca,
y no tengo más que recomendarlo.
Necesitamos muchas "pitucas"
como sucesora o continuadora de Ricardo de la Cierva, Vizcaíno Casas
o Pío Moa sean los historiadores del futuro, que defiendan la riqueza
histórica, social y política de nuestra patria, y que sean las voces
a contracorriente que, documentadamente digan a la sociedad los engaños
tergiversadores y manipuladores de las izquierdas españolas con
respecto a la Cruzada de Liberación de 1936 a 1939, la cual ganó el
Generalísimo de los Ejércitos por la Gracia de Dios, Excelentísimo
don Francisco Franco Bahamonde.
A veces la historia parece que
vuelve a repetirse. Cuando la aglomeración de izquierdas (socialistas,
marxistas, masones, separatistas y demás ralea) ganó las elecciones
de Febrero del 36, lo primero que hicieron fue atacar al "opio
del pueblo", la Iglesia Católica, porque no le da la gana de
callar ante las leyes ateas e inmorales que pretendían imponer, así
que socialistas y rojos en general entraron en la Iglesia en manada destructiva,
esa fue la última vez que entraron en conjunto, y progresistas y demás
gentes de talante quemaron imágenes religiosas, mataron sacerdotes,
incendiaron parroquias y monasterios, el sindicato UGT (de los pobres
y trabajadores) se quedaba con la renta de alquileres de gentes que
tuviera pisos o fincas en alquiler, se prohíben manifestaciones
religiosas como la de la Semana Santa... y todo esto y mucho más se
acentuó en Julio del 36, cuando la media España católica,
derechista y de bien, junto a carlistas y falangistas se sublevó ante
la tiranía de ese gobierno que de legítimo no tenía nada.
Perdieron
la guerra, pero en los medios de comunicación mayoritarios, en poder
de ellos y sus "amigos", como el Grupo Prisa (El País,
Santillana, Canal Satélite, Localia, Radiolé, Cadena Dial, los 40...
y un largo etcétera), enarbolaron la bandera de lo buenísimo que son
los rojos y lo fascistas que son los que no piensan como ellos, así
que los rojos, o el bando republicano como se dice ahora, son
"luchadores por la paz y la democracia". Eso tiene gracia,
envenenar la historia, ir de buenos cuando fueron ellos los que
provocaron la partición de España en dos mitades
irreconciliables.
Durante el trienio guerra civilista, entre
monstruosas torturas y persecuciones murieron miles de católicos y
casi 7000 consagrados a Dios. Hoy día, el Santo Padre Juan Pablo II,
reparando la injusticia del silencio de siete décadas, lleva varios años
declarando mártires a muchos de ellos, que dieron su bendita sangre
por defender a Dios y su Reino. Que ellos desde el cielo protejan a ésta
España que nos está tocando vivir.
1 de Octubre de 2.004.-