11 de octubre de 1954.

«Han disfrutado ustedes, como nosotros, de esta maravillosa exhibición de la potencia aeromarítima de la nación americana. Yo supongo que también, lo mismo que nosotros y los altos jefes que me acompañan, han disfrutado de este rato de camaradería con la Flota americana; habrán participado ustedes, como americanos o como españoles, en esta misma íntima satisfacción. Para todo militar, como he sido en los principios y en casi toda mi vida, constituye una exhibición perfecta de la disciplina y de la preparación para la guerra, y creo que si el pueblo americano se apercibe de la potencia que esto representa y de la defensa de la paz que estas organizaciones entrañan, continuarán y respaldarán de una manera efectiva su papel rector en esta hora del mundo. Si quieren ustedes preguntarme algo, yo con mucho gusto les responderé.»

-¿Qué le ha impresionado más a Su Excelencia de la exhibición que vió esta mañana?

«La perfección del entrenamiento. Porque se conjugan un material perfecto, resultado de la técnica y del ingenio humano, y la preparación y las virtudes de los hombres, que harán que este instrumento sea completamente eficaz. Lo que el profano no ve a primera vista es que para llegar a esta perfección son indispensables muchas horas de vigilia y mucha instrucción y preparación, como la que mantiene la Flota americana en los distintos mares del mundo, respondiendo y respaldando su papel histórico.»

- ¿Qué cosa cree Su Excelencia que podría aportar España para la mayor eficacia de la VI flota en el Mediterráneo con las fuerzas que tiene?

«La Flota americana es potente por sí misma, porque en sí misma lleva todos los elementos necesarios para la acción y para el mantenimiento. Sin embargo, llevada a una situación de emergencia, la posición estratégica de España, sus posibilidades en todos los órdenes y su voluntad y su lealtad habían de multiplicar esta potencia.»

- ¿Es la primera vez que Su Excelencia sube a un barco americano?

«Sí, es la primera vez.»

- ¿Es también la primera vez que Su Excelencia sube a un portaviones?

«También es la primera vez que subo a un porta-aviones.»