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Declaraciones a la Prensa.


 
Declaraciones a la «International News Service».

21 de diciembre de 1952.

La Prensa norteamericana ha concedido extraordinaria importancia a las manifestaciones hechas por el Jefe del Estado español al periodista mister Kluckhon. Difundidas por la International News Service, las manifestaciones del Generalísimo Franco aparecen en el lugar más destacado de los periódicos y han sido retransmitidas por las principales cadenas de emisoras norteamericanas. La agencia International News Service suministra sus informaciones a más de dos mil cuatrocientos periódicos y emisoras de radio, distribuidos en sesenta y ocho países.

La información difundida por la International News Service dice así: 

«El Generalísimo Franco ha declarado que «el mundo no reconoce plenamente el lo sacrificio que los Estados Unidos están haciendo en Corea. Es sorprendente y magnífico que los americanos luchen contra el comunismo de manera tan eficiente, tan lejos de sus hogares y en tan difícil terreno.»

Siente esto tan de corazón, que a preguntas del periodista añadió que estaría dispuesto a permitir que voluntarios españoles tomaran parte en la lucha de Corea, mandados por sus propios oficiales. El Generalísimo estaría dispuesto a hacerlo, aunque técnicamente aquélla es una guerra de las Naciones Unidas, y las Naciones Unidas habían excluido a España. Expresó su opinión de que, si el caso llegara, muchos españoles se presentarían voluntarios. La razón para enviar voluntarios es que aquellos que desean ir a una guerra son los que luchan mejor. Añadió, sin embargo, que consideraba que la mayor contribución de España a la lucha contra el comunismo debe realizarse en Europa, por razones geográficas, y está de acuerdo con la política de Eisenhower de que son los propios asiáticos, incluidos los chinos nacionalistas, quienes debieran llevar el peso de la guerra de Corea.

Hizo estas declaraciones en una entrevista exclusiva, la primera que ha concedido desde el pasado verano, en el hermoso palacio de El Pardo, en los alrededores de Madrid, donde vive y desde donde gobierna España. Las afirmaciones que anteceden las hizo al tratar sobre una más estrecha relación entre España y Norteamérica, «ya que las dos naciones están juntas en la lucha mundial contra el comunismo»,

El Caudillo declaró también que su Gobierno tiene noticias de que más de un centenar de agentes soviéticos han tenido una parte activa en la explotación de las actuales insurrecciones contra Francia en el norte de África.

Se permitió en su día establecer por el Gobierno soviético una Embajada en Argel, compuesta de más de un centenar de personas, cuando el Gobierno De Gaulle estaba en África, y la Unión Soviética luchaba al lado de los aliados, explicó Franco. Cuando el Gobierno francés se trasladó a París, muchos de los agentes soviéticos quedaron clandestinamente en Marruecos. «Han trabajado durante años, explotando el sentimiento nacionalista, para fomentar una rebelión -dijo Franco-. No han llegado muy lejos con los Caudillos marroquíes, pero han logrado infiltrarse en algunos Sindicatos. Habrá notado usted que no hubo ningún levantamiento árabe contra Francia en el norte de África, después de su derrota por Alemania, ni cuando Rommel iba avanzando hacia Alejandría y El Cairo, aunque los alemanes hicieron todos los esfuerzos posibles para provocarlo. Los disturbios sólo se produjeron después de años de una intensa labor comunista.»

Manifestó el temor de que si Francia abandona Marruecos prematuramente y sin la debida preparación,  se corre el riesgo de que el orden público retrocediese otra vez al dominio anárquico de los jefes de cabila, luchando unos contra otros, y exigiendo dádivas y rescates. A este respecto, recordó el caso del americano que fué capturado por el Raisuni de Tánger y que el Sultán tuvo que rescatar. Tales casos se presentarían de nuevo.

El Caudillo hablaba como quien ha conseguido un amplio conocimiento de Marruecos, conocimiento logrado durante su permanencia como oficial del Ejercito, y después, como Jefe de un Estado que mantiene allí su propio Protectorado.

El Generalísimo expresó la opinión de que, a la larga, los comunistas soviéticos no podrían administrar satisfactoriamente los territorios ocupados por los, tanto en Europa como en Asia.

«Entre tanto -hizo notar-, las naciones anticomunistas de Europa y de Asia han perdido muchos de sus mercados. Espero que los Estados Unidos puedan prestar ayuda económica hasta que los soviets sean expulsados de los países ocupados y queden sus mercados abiertos de nuevo. Sí los Estados Unidos hacen esto, el comunismo perderá y la guerra puede ser evitada.»

No hizo ninguna referencia a la cuestión de la ayuda americana a España ni a las negociaciones que se llevan a cabo actualmente para la posible utilización conjunta de las bases españolas llegado un caso de guerra. La inversión de los ciento veinticinco millones de dólares votados por el Congreso americano como préstamo a España se ha retrasado mientras está pendiente la terminación de dichas negociaciones, que, según se dice, se desarrollan satisfactoriamente.

«El comunismo se puede comparar ,-afirmó- a un saco lleno de ratas, que si no se le mantiene en continuo movimiento y se las deja trabajar tranquilamente empieza una rata a abrirse camino a través del saco, las demás le sirguen y pronto habrán devastado toda la casa.

España fué el primer país completamente anticomunista. Ahora comparte esta posición con los Estados Unidos y nuestros países deberán cooperar estrechamente.»

Es la primera vez que he visto a Franco desde hace dieciséis años, cuando celebró la primera entrevista, el día en que llegó a España procedente de Marruecos para dirigir el Movimiento, que lo elevó a su posición actual, donde se ha mantenido más tiempo que cualquier otro jefe, de Gobierno en España.

Continúa tan despierto Y con la misma vitalidad de entonces, aunque haya encanecido; está algo calvo y más grueso. Sus penetrantes ojos negros son todavía su rasgo más saliente. Me recibió vistiendo la misma clase de uniforme militar de color caqui y el fajín rojo de nuestra anterior entrevista de hace años, en medio del fragor de una guerra civil. Más que recordar aquellos días, parecía más bien desear, olvidarlos, diciendo que cuando se está en guerra se hace todo lo posible por ganarla. Añadió que desde entonces todos sus esfuerzos se han dirigido a la recuperación y desarrollo nacionales y que hoy su principal interés está en la preparación de la juventud.

Acompañado por un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, penetré en el apartado palacio de El Pardo, que en otro tiempo fuera un lugar favorito de descanso de los reyes, pasando frente a los pintorescos centinelas moros Y la guardia de honor, vestida con uniformes azules y rojos. Fuimos conducidos a través de tres salas de espera, decoradas con tapices de Goya, candelabros y relojes de oro, porcelanas, todas ellas piezas dignas de un museo. Los techos están decorados con frescos en tonos pastel, y los suelos cubiertos con alfombras en gris con dibujos en rosa y azul. El despacho de Franco tendrá unos sesenta pies de largo, es ancho y decorado en forma parecida a las salas anteriores, siendo su pieza saliente una enorme mesa de trabajo, al fondo del despacho. Franco me recibió cordialmente, frente a su mesa, y me invitó a sentarme en una pequeña butaca. Se sentó él en una silla parecida, y a una distancia de unos cuatro pies, mirándome directamente a la cara mientras hablaba. Le encontré más afable y sin la patente tensión de los días de la guerra. Hablaba tranquilamente, con un rasgo de humor de cuando en cuando.

Tengo la impresión -me dijo al principio- que España y los Estados Unidos tienen los mismos objetivos; pero se dirigen hacia ellos por distintos procedimientos. Ello es natural; pero creo que tenemos un problema común fundamental en la lucha mundial contra el comunismo, y esto es lo que debemos acentuar.


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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

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