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SUGERENCIAS

 

Declaraciones a la Prensa.


 
Declaraciones del Generalísimo al enviado especial del "Journal de Geneve"

Diciembre de 1938.

Recordando la frase de S. E. de que la Cruzada en que estamos empeñados todos, responde a un sentido religioso del deber, el corresponsal pregunta al Caudillo:

- ¿Cuál es, según V. E., este sentido del deber?

- Es una cosa espiritual  -nos contesta-. Es la voz de la conciencia. Es estar prontos al sacrificio, si éste fuera necesario.

La unidad de España -añade el Generalísimo- es voluntaria. No es fruto de una opresión. La práctica del liberalismo había empujado a unos españoles contra otros. Queríamos que cesara esta oposición por un retorno a nuestras tradiciones nacionales. Jamás España fué más grande que cuando era una. En esta tradición reside nuestra fuerza. Otros pueblos la buscan de distinta manera, ya que son diferentes a nosotros. Pero su ejemplo no es convincente para España.

Cuando hablamos de la España Imperial no soñamos con apoderarnos de ningún territorio, sino en desarrollar los de nuestra Patria, que pueden fácilmente alimentar a cuarenta millones de españoles. Nuestro anhelo imperialista es espiritual. Tenemos contraída una responsabilidad ante quienes hablan nuestra lengua. El sentido imperial es universal. Nuestro vínculo con el extranjero no será útil sino en cuanto seamos verdaderamente nosotros mismos.

Luchando contra el Comunismo creemos prestar un servicio a Europa, ya que el Comunismo es un peligro universal. Si sucumbiéramos, el peligro sería mayor para los demás pueblos. Es preciso luchar contra un materialismo que pierde las almas y mata los corazones. Francia misma está en peligro, pero está en posesión de ciertas garantías. Tiene el Senado y la reserva de su patriotismo. Si España acudiera al extranjero a tomar el santo y seña, quedaría indefensa. Nuestro pueblo ha demostrado que tenía en sí mismo un tesoro espiritual.

- La doctrina política del Estado ¿se acomodará a la libertad de conciencia?

- Hemos demostrado nuestra tolerancia hacia los musulmanes. Somos un pueblo católico. Pero hay españoles que no lo son. Los protestantes extranjeros pueden ver aquí a sus hermanos actuar con toda libertad. Si reclamamos para nosotros mismos la libertad de conciencia ¿cómo no hemos de concedérsela a los demás?


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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

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