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Declaraciones a la Prensa.


 
Franco hace declaraciones a un envidado de la United Press.

7 de noviembre de 1938.

QUEREMOS EL RECONOCIMIENTO DE LA BELIGERANCIA PARA HACER VALER NUESTROS PROPIOS DERECHOS

Cuartel General de las Tropas Nacionales, 7 de noviembre. James Miller, Vicepresidente de la United Press, después de haber entrevistado al Generalísimo Franco, nos declara:

- He tenido la fortuna de ser recibido por el General Franco precisamente en el momento en que las tropas nacionales iniciaban su ofensiva contra las posiciones marxistas del Ebro. El Caudillo fijó su cuartel de operaciones en un autocar hábilmente transformado, invisible a la observación aérea del enemigo mediante un perfecto mimetismo. Una de las primeras cosas que el Generalísimo me ha dicho al recibirme en su original puesto de mando, es que la guerra está vencida, y que la lucha cesará tan pronto los soldados de Barcelona y de Valencia se puedan desembarazar de la influencia de sus jefes.

Franco quiso subrayar que la concesión de los derechos de beligerancia no ejercerá ninguna influencia decisiva sobre la suerte de la guerra, y que los nacionales la han solicitado solamente para hacer valer sus propios derechos.

YA HEMOS VENCIDO

Después de referirse al hecho de que ha constatado que la vida es perfectamente normal en la España de Franco, el periodista prosigue de este modo:

A mi primera pregunta: ¿ Cuándo cree que la guerra se termina? El General Franco contestó inmediatamente:

- Nosotros ya hemos vencido la guerra. No me gusta nacer pronósticos, pero los rojos se encuentran en las mismas condiciones que una plaza sitiada. Los cabecillas resisten todavía porque les queda gente que lanzar a la batalla y dispuesta a morir por ellos.

- ¿Tiene V. E. necesidad de voluntarios extranjeros o cree que el Ejército nacional está en condiciones de recoger solo la victoria final?

- No -contestó el General- Podemos prescindir ,de combatientes extranjeros. N o los hemos tenido en nuestras filas en proporción superior al cinco por ciento. Hace pocos días hemos enviado a diez mil legionarios italianos, y no estaban heridos o enfermos como dice el enemigo, sino fuertes, en perfecta salud.

La salida de estas tropas hizo descender a dos por ciento el número de voluntarios extranjeros que combaten todavía en nuestras filas. El enemigo resiste aún a causa del régimen dé terror.

A propósito de esto le diré que Rusia no puede declarar la guerra de una manera eficaz, ya que si el Gobierno ruso armase al, pueblo para una guerra, Stalin sería derribado. Por eso Rusia hace la guerra en otros países por intermedio de sus comisarios políticos. Estos comisarios son hombres cuyos crímenes les tienen seguros en la mano de Stalin, de modo que los puede emplear en cualquier empresa seguro de que no podrán traicionarle. Son enviados a los países que Stalin eligió para sus actividades revolucionarias; de este modo hace Rusia la guerra.

En Madrid los comisarios lanzaron una red de espías reclutados entre delincuentes para llevar a cabo su obra. Un episodio de los métodos terroristas de estos espías se ha conocido hace poco tiempo cuando doce milicianos se presentaron por la noche en nuestras líneas. Vivían en una tal atmósfera de terror, que solamente dos hermanos se habían confiado mutuamente el propósito de pasarse a nuestras filas. Uno de los oficiales preguntó a los fugitivos cómo habían conseguido pasarse todos en la misma noche. Uno de los hombres contestó: "Nuestro comisario ha muerto hace algunas semanas por haber recibido un tiro de mortero. Cuando llegó el nuevo comisario nos dijo: "Sabemos que se encuentran perros fascistas entre vosotros. Vosotros dos, por ejemplo -dijo- señalando a dos hombres de la brigada". Uno de estos dos hombres. contestó indicando a otro que a su lado estaba: "Este es todavía más fascista que yo". El comisario sacó entonces el revólver y mató a los tres. Al tener conocimiento de que ese comisario volvería pronto para una nueva inspección hemos. decidido pasarnos."

A la pregunta de si se recurriría a la mediación para hacer cesar las hostilidades, el General Franco contestó rápidamente:

- No habrá mediación. No habrá mediación porque los delincuentes y sus víctimas no pueden vivir juntos.

- ¿Concederá V. E. una amnistía general cuando termine la guerra?

- Los elementos perturbadores y que siembran la desunión no deberían ser restituidos a la sociedad, pero yo soy de los que creen en la rehabilitación por medio del trabajo. Una vez establecida esa pena, o sea la más adecuada para el delito, el culpable tendrá la posibilidad de redimirse mediante el trabajo y la buena conducta. Cada día de buena conducta podrá equivaler a dos días de reducción de la pena. Tenemos en nuestro archivo más de dos millones de nombres catalogados con .las pruebas de sus crímenes y los nombres de los testigos.

El Caudillo recordó en este punto que en 1936 Negrín, García Oliver y Largo Caballero, ya condenados, fueron amnistiado s y luego fomentaron la revolución.

Franco, de este modo, contestando a una pregunta de un periodista indicó la directriz futura de la política social del Gobierno nacional que se apoya en un criterio de justicia para todos. En cuanto al problema de la" división de los latifundios, el Generalísimo declaró que eso debe ser enfrentado de una manera diversa según las regiones. En Andalucía, por ejemplo, existen latifundios que deberán ser divididos. Millones de hectáreas en otras zonas serán irrigadas y ofrecidas a los campesinos. El interviuvado se refirió, además, a las providencias tomadas para elevar el nivel de vida del pueblo (seguros, participación de los obreros en los lucros de las empresas, etc.).

El representante de la United Press preguntó aún:

- ¿Qué podrá V. E. decirme sobre el trabajo de los ex combatientes cuando sean desmovilizados?

- Hemos elaborado planes precisos y tenemos en clasificaciones especiales los nombres de los soldados. Con este sistema estamos al corriente de la profesión y de las aptitudes de cada soldado y de cada prisionero. Cuando termine la guerra todos tendrán la posibilidad de encontrar trabajo.
Finalmente el periodista solicitó un informe sobre la protección a la infancia, habiendo obtenido una contestación muy cortés y plenamente satisfactoria.


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