Enviado desde el Palacio de El Pardo, a S. S. el Papa Pablo VI, el día 16 de diciembre de 1967.

Madrid, 16 de diciembre de 1967.-

A Su Santidad Pablo VI.-Ciudad del Vaticano.

Santísimo Padre: Profundamente apenado por la muerte del eminentísimo Cardenal Antonio Riberi, que fue Nuncio de Vuestra Santidad en España, donde dejó vivo el recuerdo de su sencillez evangélica, me uno de todo corazón al dolor de Vuestra Santidad y al de la Santa Madre Iglesia por la pérdida de tan fiel colaborador. Al invocar la luz eterna y misericordia del Señor para el alma escogida del llorado Cardenal Riberi, se reitera devotísimo hijo de Vuestra Santidad.

Francisco Franco,

Jefe del Estado español