Palacio de El Pardo,  Madrid, el 17 de abril de 1963.

 

Constituye para mí una satisfacción el recibir a representantes tan genuinos de nuestras provincias africanas, y, asimismo, la adhesión de los Ayuntamientos, autoridades y juntas de vecinos de aquellos territorios, constituidos por nativos de esas tierras.

Cuanto más alejadas se encuentran del centro de España estas regiones, más las sentimos en nuestro corazón, y mucha mayor atención queremos dedicarles.

Nosotros aspiramos a que estas provincias africanas puedan ser en África un modelo de progreso, de paz y de bienestar. A ello dedicamos todos nuestros esfuerzos, y el mayor entre ellos es el de la difusión de la cultura, porque solamente a través de la cultura y de su  intensificación podremos lograr que sean, precisamente, los nativos los que administren y dirijan todas las actividades de estas provincias tan unidas a nosotros por cuatro siglos de paz y de comunidad de sentimientos, forjados en una misma fe y expresados en una misma lengua. No aspiramos a mantener nuestros viejos lazos por razones de fuerza, sino por la convivencia y el amor, como expresa esa adhesión de que sois portadores con las firmas de todas las comunidades de vecinos.

Deseo de todo corazón el bienestar de estos pueblos, y confío en que Dios me permitirá el poder visitarlos y comprobar personalmente el grado de perfeccionamiento y de progreso de aquellas provincias.

Llevad a todos los habitantes de ellas, con mi gratitud, mis votos de felicidad.