Palacio de El Pardo,  Madrid, el 3 de abril de 1963.

 

Yo me complazco en felicitar a todos los empresarios, escuelas y centros de formación profesional que obtienen hoy este galardón, así como a los alumnos en esta competición del arte y del trabajo. Perfeccionar una profesión y adquirir la maestría en un oficio dignifica el trabajo hasta elevarlo a la categoría de arte. Por este esfuerzo tan grande de unos y otros está en auge otra vez en España la artesanía. Se conservan oficios, se crean y perfeccionan especialidades que hubieran muerto en el abandono de los años anteriores.

Hoy en día, que la máquina nos amenaza con destruir el trabajo del hombre, con avasallarlo y menoscabarlo, sin embargo triunfa el trabajo del hombre, porque incluso en esas máquinas calculadoras, en esos «robots», en todo lo que la industria moderna crea, son miles y miles los artesanos, los hombres especialistas que les dan vida.

Como digo, es necesario elevar la categoría del trabajo a un arte, realizar estas competiciones que ennoblecen el oficio. y todos los oficios y artes son nobles y están al servicio de la Patria.

Os felicito, pues, y agradezco esta atención que habéis tenido de venir a visitarme, lo que me ha dado ocasión de poder expresaros mi satisfacción por vuestros avances y progresos en el oficio.

Muchas gracias a todos y ¡Arriba España!