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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado, 1962.


 
Discurso al recibir la medalla de Oro de Palencia.

Pronunciado en el Palacio de la Diputación Provincial de Palencia, el 16 de septiembre de 1962.

Castellanos:

Solamente unas palabras para agradecer al Presidente de la Diputación ya la provincia de Palencia esta distinción de que me hace objeto al colgar de mi pecho la Medalla de Oro de su provincia.

No necesitaba de esta medalla ni de este recuerdo para tener vivas en mi corazón y en mi mente las necesidades de esta tierra castellana. Si es verdad que me correspondió el honor de dirigiros en la batalla y conduciros a la victoria, no es menos cierto que esta victoria está compuesta de sacrificios ingentes, de asistencia continua, de fidelidad inigualada de esta tierra de Castilla.

A Castilla, en vanguardia siempre de las empresas nacionales, le correspondió también en nuestra Cruzada marchar a la cabeza de nuestras tropas, llevar sus juventudes y sus camisas azules a los altos y a los puertos de la montaña y el devolver a aquella República fatídica la respuesta de lo que son los burgos españoles.

Estos sacrificios de las provincias de Castilla, esos sacrificios y esas aportaciones a las grandes empresas nacionales, dejaron agotada y vacía a nuestra Castilla. De aquí salieron los hombres que, despoblando sus pueblos, marcharon a América, y cuando un día tuvimos que reducirnos a nuestro propio solar, nos encontramos con que la política existente, el sistema político que existía en nuestra Patria, nos legó esta Castilla de hoy, esta Castilla de castillos desmoronados, de casas blasonadas, pero de tierra pobre, porque a fuerza de dar todo, nos habíamos quedado sin nada.

El Movimiento Nacional no vino solamente a romper el dogal que nos asfixiaba; vino también a constituir, a crear una Patria mejor, a demostrar que los hijos de España estaban en el mismo nivel, estaban en la misma forma y tenían los mismos arrestos de aquellos que un día habían asombrado al mundo.

Y después de nuestra victoria nos correspondió la era de la paz, la de reconstruir a nuestra Patria, la de construir un Estado sobre bases firmes. Y después de las primeras etapas de urgencia, de acudir a las necesidades más perentorias, como era la de salvar a Castilla de la usura y de la miseria a través del Servicio del Trigo, de defender su suelo con las repoblaciones forestales y la concentración parcelaria; pero todavía era poco, porque había que cambiar las estructuras, había que cambiar los tiempos perdidos,. había que recuperar aquellas etapas. Y entonces surgieron los grandes Planes Nacionales, pero estos no es una persona, ni un Gobierno quienes los tienen que hacer; los tienen que hacer todos los españoles, que tienen que realizar un esfuerzo colectivo con una colaboración absoluta de todas las comarcas españolas.

Hoy le ha correspondido a Castilla, ha llegado la hora de Castilla, el momento de levantar a España y a Castilla, de cambiar sus estructuras para la lucha, y en el Plan de Desarrollo tendrá Castilla el puesto que le corresponde.

¡Arriba España!


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