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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado, 1962.


 
Discurso en la inauguración del nuevo Gobierno Militar de Valencia.

Pronunciado en Valencia, el 18 de junio de 1962.

General, compañeros:

Este acto, más que una inauguración, es para mí un encuentro. La satisfacción de volver al seno de la familia militar, aunque sea por breves momentos. Como decía muy bien el Ministro del Ejército, esta inauguración es una más de todas las que se llevan a cabo en las distintas regiones militares y una parte del conjunto de realizaciones de nuestra Patria, entre las que necesariamente habría de figurar el adecentamiento de los servicios públicos, que el Estado nuevo ha acometido con tanto vigor, que se puede decir que hoy las oficinas del Estado han sido adecentadas, dentro de la modestia natural de nuestros presupuestos.

Pero nos sirve también esta reunión para que recordemos los esfuerzos que han sido necesarios para llegar a esta hora de plenitud, todo lo que hemos dejado en el camino y todos los sacrificios que los españoles han ofrecido para que podamos vivir una era de paz, de tranquilidad y de grandeza.

Encargado de la custodia, de la defensa de la Patria, hemos sido siempre el Ejército una garantía firme y seria del futuro de la Nación. Aun en los momentos peores de la vida de España hemos guardado en nuestros cuarteles, como castillos roqueros, las esencias de la Patria, que 'permitieron que un día, cuando ésta estaba a punto de sucumbir, pudiera salirse de nuestros cuarteles para encuadrar a la Nación para la conquista de su mejor destino.

No han pasado, sin embargo, los peligros. Muchas veces lo he repetido. Nos hemos enfrentado desde los primeros momentos con aquellos enemigos de la grandeza de la Patria, masonería y comunismo; hemos dado la batalla contra lo que descomponía la vida española, hemos triunfado en nuestra Patria, pero no la hemos podido dar fuera, y esas mismas fuerzas, organizadas en el exterior, tratan por todos los medios de la destrucción de la paz interna de nuestra Nación. Por eso, siempre, en todos los momentos, tiene importancia y trascendencia la unidad de los hombres y las tierras de España, y la unidad firme de nuestro Ejército respaldándolas mucho más en esta hora.

Nuestra misión como militares es establecer las previsiones y la preparación para la guerra. Para ello debemos pensar qué clase de guerra puede amenazamos. La guerra se está saliendo de las posibilidades de las naciones y de los campos de batalla, amenazando invadir a todo el Universo. La guerra puede tener tres fases: la primera, la de las luchas atómicas, la de las destrucciones a distancia, para la cual solamente algunos Estados del mundo pueden enfrentarse con los gastos y las investigaciones que requieren. Los otros países hemos de unir nuestros esfuerzos, hemos de colaborar para alcanzar potencia por unión de sumandos, buscando una solución conjunta. La segunda fase es la de la toma de posesión del terreno destruido o conquistado, es la de las armas convencionales, en la que también tiene primacía el número, la cantidad y la calidad de éstas, pero con esto no está la lucha terminada. Queda una tercera fase, el último acto, el de no entregarse, el de la insurrección armada, el de la santa rebeldía de las naciones contra la invasión del extranjero. Y para esta fase no es sólo esencial el haberla preparado, sino que es capital también contar con los hombres y las tierras de España. Por eso el Ejército se ve con gran devoción, con gran entusiasmo, esa unidad de los hombres y de las tierras de España, que son la base fiel de que puede cumplir el día de mañana su deber, y que podrá seguir brillando el sol en nuestra Patria.

¡Arriba España!


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