07 de septiembre de 1958.

En este ambiente campesino hemos procedido a la entrega de los títulos de propiedad de sus tierras ya concentradas a los distintos labradores de este valle de Barcala. Y este acto, tan sencillo en sí, tiene una gran significación, por ser la base de partida del resurgir de Galicia.

Esta obra general de la concentración parcelaria, decretada hace cinco años y que progresivamente viene realizándose en la geografía española, es una obra de redención del campo, de levantamiento del campo, y la única que puede llevar a los labradores las posibilidades de los cultivos modernos y de un seguro resurgimiento.

Si grandes son las dificultades que se presentan en el centro de España, en su meseta, por el fraccionamiento de la propiedad, éstas son mucho mayores en nuestras tierras de Galicia, donde al correr de veinte siglos la propiedad ha llegado a atomizarse hasta esos pingajos a que aludía el Ministro de Agricultura, imposibles de cultivar por un sistema ordenado y racional. Por lo tanto, éste era uno de los principales pasos, el primero, que teníamos que dar en orden a la transformación de nuestros campos.

Pero, con ser esto importante, no basta. Porque si nosotros miramos la producción de vuestros prados o el ganado que pasta en ellos veremos cómo el abandono de varios siglos ha impreso una degeneración en las especies y un atraso en los sistemas de cultivo, hasta llegar a constituir un verdadero problema nacional de escasez en la producción, que ha extendido la miseria que se señala a todo lo largo de esta campiña gallega.

Uno de los puntos más trascendentales de nuestra política es el de la redención del campo, y no podía ser de otro modo cuando el Movimiento Nacional vino a redimir a España de sus viejas taras, de sus vicios y de sus miserias.

Todo ello se ha hecho posible porque existe el Movimiento Nacional, porque poseemos unos principios políticos, porque existe una unidad política en la Nación: Es necesario que en esta ocasión resaltemos que no sería posible la redención de los campesinos de España y la transformación del campo español si no existiese una unidad, una disciplina y una continuidad en el Gobierno de la Nación, porque estas obras que emprendemos de concentración parcelaria entrañan gastos y trabajos, como habéis podido ver; han sido realizadas por los ingenieros y personal especializado con sus planos fotográficos, con sus cálculos y con sus medidas, para que sea un reflejo fiel de la realidad; pero esto, repito, cuesta muchos cientos de miles de pesetas; se requiere el abrir caminos, construir desagües, elevar aguas, preparar riegos, lo que no podría realizarse en este ambiente de paz si no existiese una cooperación y disciplina, si toda la Nación no se asociase para realizar estas obras y si no existiera un Movimiento Nacional que tiene soluciones adecuadas a los problemas campesinos y atesora como doctrina principios claros sobre la redención del campo y la justicia distributiva, que hacen posible esta gran operación quirúrgica que estamos haciendo en el cuerpo de España. Y todo se lo debemos a aquellos hombres que con su sangre y con su esfuerzo han hecho posible el alumbramiento de esta España una, de la España grande y de la España libre.

Esta obra ha empezado por este valle de Barcala y seguirá ininterrumpidamente por los otros valles y distintas comarcas de esta región. Y lo mismo que en el año último inaugurábamos en las cercanías de La Coruña aquellos patrimonios familiares ejemplares de cultivo que permiten multiplicar por cinco o por seis el rendimiento de cada empresa campesina, así continuaremos realizándolo como complemento de esta concentración por toda Galicia para mejorar la economía de los hogares campesinos, que, aumentando considerablemente la producción española, elevarán el nivel de vida de nuestras clases trabajadoras.

Mas esto requiere tiempo y constancia, y también esa alegría y confianza que veo en vosotros, que es la mejor prenda que tiene nuestra Nación: el optimismo y la confianza de sus hijos, capaces de emprender las más difíciles empresas y de llegar a forjar esa España mejor.

¡Arriba España!