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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado, 1957.


 
Palabras de su Excelencia a su llegada a Valencia.

25 de octubre de 1957.

Valencianos: 

Sólo unas palabras para saludaros y traeros el calor de toda la Nación. Desde que la terrible catástrofe se cernió sobre Valencia hemos vivido vuestras angustias y toda la zozobra de los hijos de esta bella ciudad ante lo inmenso de la tragedia y la impotencia, de momento, de los medios.

En contacto con los Gobernadores de las provincias limítrofes y con todas las autoridades de Mar, Tierra y Aire, mandamos desde los primeros momentos todo aquello que pudiera aliviar; y lo mismo que el general en medio de la batalla tiene que ocupar y permanecer en su puesto de mando, así permanecimos nosotros en los despachos, al pie del teléfono, para poder atender mejor y aliviar todas las cargas que sobre vosotros caían.

Varios Ministros vinieron inmediatamente aquí a tomar contacto con vuestras más apremiantes necesidades para corregirlas y aliviarlas. Posteriormente han venido otros, y hoy me corresponde a mí venir para ver lo que se ha hecho en Valencia y lo que hay que hacer todavía. Para que en el menor número de días, trayendo los elementos que en la Nación tengamos, podamos ver resurgir otra vez esta bella capital y vuestras tierras, vuestros hogares, vuestros comercios y vuestras industrias con mayor ímpetu todavía que anteriormente.

No es ésta, con ser la mayor, la única desgracia que en años anteriores se ha padecido en algunas partes de España. Y aquí se ve la unidad de los hombres y de las tierras de España y la solidaridad de las provincias para el alivio de los problemas. Un día fué Santander la que ardió bajo la noche por un terrible temporal; otro día fué Cádiz la que sufrió unas terribles explosiones; antes habían sido muchos pueblos los arrasados por la guerra y, sin embargo, podemos hoy contemplar cómo las capitales que surgieron de aquellas catástrofes y los pueblos que nacieron después de la guerra son hoy más bellos, más fuertes, más potentes, como pasará también en esta región. .

Tened fe y confianza, que todo se arreglará y llevaremos otra vez la alegría a los hogares. Lo que no podemos es resucitar a nuestros muertos y a nuestros Caídos en la catástrofe, por los cuales elevamos a Dios nuestras oraciones. 

¡Arriba España!


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