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SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado, 1956.


 
Discurso en la inauguración del nuevo pueblo de Alberche del Caudillo.

06 de octubre de 1956.

Labradores: 

Solamente unas palabras para agradecer vuestro entusiasmo y esta afirmación de fe que ponéis en mí. No soy amigo de palabras, sino de hechos, aunque me veo forzado a hablar muchas veces, por la necesaria comunicación natural con nuestro pueblo y el deseo de deciros, en unas palabras o en unas consignas, lo que a la Patria interesa, que es lo que a vosotros también conviene.

Habéis visto transformarse estas tierras toledanas y habéis contemplado el venero de riqueza que el agua representa al correr por los canales y las acequias; desde vuestro terruño y desde vuestro hogar habéis podido apreciar los esfuerzos ingentes necesarios para que una vida esplendorosa se extienda por estos valles. Ha sido para ello necesario ir a la montaña, perforar y trabajar sus rocas, acumular masas de cemento y materiales para embalsar las aguas en sus pantanos y que luego puedan, por los canales y las acequias, llegar a regar los valles. Pero lo que, sin duda, no os habréis preguntado vosotros mismos es cómo ha podido lograrse eso, qué es lo que entraña todo esto, qué esfuerzos ingentes ha habido que realizar, cuántas batallas ganadas por las divisas, por el cemento, por los presupuestos ingentes que toda esta gran obra representa.

Y éste es el resultado de la unidad de los hombres y de las tierras de España, porque para que esto pueda hacerse es necesario que haya paz, que existan créditos, que se cubran empréstitos y existan posibilidades financieras, y no hay empréstitos ni finanzas si el país pierde la confianza, si no tiene unidad y estabilidad. Porque el Estado, cuando acude al crédito, a los impuestos, no es para repartirlo en burocracia, como veis: es para realizar el bien común creando fuentes de producción y de trabajo; para crear riqueza, repartir bienes y transformar a aquellos que con cínico desprecio un día un desdichado gobernante llamó «burgos podridos», en burgos nobles, en burgos bellos, en burgos espléndidos, como lo fueron a través de la Historia y lo recordaba hace un momento el Ministro de Agricultura, en la España campesina y la España sana: la España que supo esperar, la que no perdió la fe, que ha permanecido fiel y que bajo nuestro mando ha sabido arrancar y afirmar nuestra victoria.

Yo agradezco, con vuestra fe y vuestro entusiasmo, vuestra adhesión a mi persona. Me tocan en el corazón tales demostraciones, pero tengo que deciros que es necesario que confiéis en vosotros mismos. Esta no puede ser sólo la obra de un hombre; ésta es y debe ser la obra de un Régimen, el fruto dorado de una doctrina, de una doctrina plena de contenido, y de un sistema político que tiene un amplio programa.

Vosotros habéis vivido, porque están muy recientes todavía los hechos, dos revoluciones: la revolución que derribó la Monarquía constitucional española, ofreciendo una República de trabajadores, y la Revolución nuestra; la que, destruyendo perversos engaños, ha cimentado una nueva y verdadera Revolución, de la que aquí tenéis una elocuente muestra, que es la Revolución por la grandeza del pueblo, la que se está hoy cumpliendo inexorablemente; la que se está cumpliendo hoy y la que ofrecimos desde el primer día, cuando anunciamos por lo que combatíamos. Si esta Revolución puede lograrse es porque tenemos un ambiente en el país, porque tenemos unidad y disciplina, porque poseemos un programa político, una concepción política y un Movimiento Nacional con unos objetivos claros y terminantes y de justicia social para todos.

Es esencial que los hombres permanezcan fieles a esta doctrina, pues, como habéis escuchado hace un momento, nunca hubo mejores soldados para una empresa que los de las huestes campesinas. Y yo os digo a vosotros, campesinos de Talavera, que en esto consiste nuestra victoria y que nuestra victoria es la vuestra; guardadla y mantenedla con la unidad de los hombres y de las tierras de España.

¡Arriba España!


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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

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