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Discursos y mensajes del Jefe del Estado.


 
Palabras en Zaragoza.

23 de junio de 1953.

Aragoneses: 

Sólo unas palabras para saludaros, para agradeceros de todo corazón vuestro entusiasmo y desearos mil felicidades.

He recorrido los territorios de Aragón preocupándome por vuestros problemas, a fin de que puedan realizarse todas aquellas promesas e ilusiones que os ofrecimos cuando nuestros ,mozos y nuestros soldados combatían en las trincheras o coronaban vuestras divisorias buscando la liberación de España. Habéis sido protagonistas de uno de los sucesos más importantes de la Historia de España, que ha sido el de romper la inercia de nuestra decadencia para convertir la curva decaída en curva que se eleva. Y esto se ha logrado con vuestro esfuerzo, con titánico esfuerzo en la guerra y con vuestra lealtad y unidad en la paz, alcanzando aumentar el prestigio de España y haciendo que su grandeza y porvenir se enraícen en nuestro país y podamos mirar con serenidad al futuro. Cuando tantos países en el mundo viven horas de tribulación y de miedo, España se siente segura de sí misma. La Historia nos viene demostrando que no hemos de esperar nada de los otros, sino de nosotros mismos, y lo que alcancemos hemos de conseguir-lo con nuestro esfuerzo. No rechacemos las amistadas dignas, porque en el mundo actual los peligros son colectivos, Y cualesquiera que sean sus peculiaridades, cuando existe una zona de intereses comunes las naciones se unen y colaboran. No hay nación tan poderosa como para bastarse por si sola, pero tampoco hay nación digna que venda su soberanía o especule con su territorio... España, por haberse encontrado a sí misma, se siente segura y serena; confiada en ella, sabe que veintiocho millones de españoles en el extremo occidental de Europa, de este reducto natural que Dios nos ha dado, somos un factor importante en la vida del Viejo Mundo.

Amamos la paz porque sabemos lo que es la guerra. Si alguien cree que los militares, por nuestro servicio o por nuestra carrera, podemos amar en algún sentido la guerra, Be equivoca. Nadie conoce mejor que nosotros, nadie aprecia más exactamente sus azares y sus horrores, nadie estima más el valor de un soldado, ni sentido en su mano como nosotros lo que vale la juventud española. Por eso creíamos en España. Pero aunque amemos la paz, aunque ésa sea nuestra aspiración, no debemos de temer la guerra; no podemos ni debemos confiarnos, no creemos en los apaciguamientos. Si otros por conveniencia de táctica dicen que creen en ellos, nosotros no podemos creer, porque desde el año 1918 el comunismo persigue un solo fin, aunque cambie de tarde en tarde de procedimiento. Su objetivo invariable es la dominación del Universo, la esclavitud de las otras naciones, la negación más absoluta de los derechos humanos; por eso nosotros mantenemos firme nuestro anticomunismo y cerramos todos los caminos y todas la brechas que pudiera aprovechar.

Creemos también que no es por las armas sólo como se vence al comunismo. Son necesarias la justicia y el bienestar, la mejora social y económica de las masas españolas, el amor y la fraternidad humana, promulgando leyes eficaces que sirvan estos ideales, haciendo que España tenga fe en el porvenir, que creamos en nosotros mismos y que estemos convencidos de que en nuestra unidad está nuestra fortaleza.

¡Arriba España!


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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

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