17 de junio de 1953.

Después de las acertadas Palabras del Ministro de Industria en el examen del gran problema eléctrico y de los esfuerzos que el Gobierno español viene haciendo Para dotar a España de la electricidad que necesita, sólo me queda el destacar que realizaciones como la que hoy inauguramos son la prueba fehaciente de un Régimen y de un equipo.

España sucumbía ante la falta de continuidad; estábamos acostumbrados a no tener permanencia y, sirviendo intereses o ambiciones personales, a jugar con el porvenir de nuestra Patria, con sus más sagrados intereses. Y nosotros, pese a las dificultades con que tropezamos, a las sequías y a todo género de contrariedades que se acumularon en nuestro camino, pusimos aprueba el esfuerzo de los técnicos españoles y hoy podemos ofrecer esta muestra grandiosa de la eficacia de la política de un estado, al mismo tiempo que damos a los técnicos españoles ocasión y un campo maravilloso de realizaciones.

Han estado las generaciones de técnicos que nos precedieron clamando durante cincuenta años por que el estado se enfrentase con los problemas que la técnica moderna nos ofrecía, que se pusiera esa técnica al servicio de la Nación. Por ello, un Movimiento Nacional que venia a realizar los mejores anhelos de los españoles, desde un principio tuvo el acierto de poner en marcha esa técnica, y por ello puede ofrecer hoy a la Nación grandiosas obras como la de esta industria, logradas con vuestra inteligencia y celo.

Yo felicito en este momento a todos cuantos han contribuido a esta empresa, sin olvidar a los organizadores del esfuerzo hidroeléctrico de España, que gracias a sus anteriores iniciativas no pasamos después del Movimiento las penurias que eran de esperar; a los que dirigieron estas empresas, a los que dedicaron sus esfuerzos a investigar en los laboratorios y a cuantos vienen demostrando que el I. N. I., pese a las criticas liberales que pretendieron hacérsele al principio, es un poderoso instrumento al servicio de España. 

¡Arriba España!