INICIO

LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado.


 
Discurso al recibir el nombramiento de Alcalde de Móstoles.

02 de mayo de 1953.

Señor alcalde de Móstoles, gobernador civil y delegado del Frente de Juventudes, y vosotros, camaradas todos del Frente de Juventudes:

Es muy grato para mí en esta fecha solemne del 2 de mayo, fiesta de la Independencia española, el verme rodeado de este marco juvenil de nuestras centurias, el sentirme cerca de vosotros, aunque los años me vayan alejando, y el sentir la reciedumbre de la juventud española, nunca mejor representada que por vosotros, y la de los pueblos de España en este alcalde de una de nuestras villas rurales. 

Habéis querido encadenar el pasado con el presente, poniendo a través de la alcaldía de Móstoles un eslabón entre nuestras dos guerras de la Independencia: la del año 1808 y la del año 1936. Los nombres de vuestras centurias evocan todo un pasado de gloria. Solamente al recuerdo de esos nombres se asombra el mundo del esfuerzo. de la virilidad y de la tenacidad de los españoles. Sin pretenderlo, sois ya un pedazo de Historia, porque si vuestras centurias viven bajo el patrocinio de sus nombres gloriosos, le pobláis con, el sentir de vuestros corazones y constituís la misma juventud de aquellos hombres que fueron tejiendo, Paso a paso, las páginas más gloriosas de nuestra Historia.

Al unir así, con un eslabón, los años 1808 y 1936, suprimimos aquel siglo maldito, aquella etapa de la decadencia y de desastres y unimos aquella guerra de la Independencia, aquel esfuerzo popular con el no menos glorioso y español de nuestros tiempos.

Aquel acto de los albores de la guerra de la Independencia, aquel esfuerzo que en estos momentos evocamos, en que la voz serena de don Andrés de Torrejón lanzó su proclama contra la invasión francesa, aquel acto simbólico en que declaraba la guerra al corso, no era una fanfarronada de un hombre de setenta y dos años, era el grito .salido de la entraña de España, convertido en sangre en las calles de Madrid, en los pueblos ,de uno y otro lado, en las montañas como en los valles, en Zaragoza y en Gerona, en Bailén como en el Puente Zuazo, defendiendo la independencia sobre toda la geografía española, sin importar los medios ni la carencia de armas, con armas de fortuna, se alzó el pueblo, el verdadero pueblo contra la invasión, cortando las alas al águila imperial de las Europas. 

Mas pese a lo glorioso de este fuerzo y a lo grande de los sacrificios, obtenida la victoria, se perdió la paz; y se perdió la paz por confianza de la juventud, porque no existió una organización, un Frente  de Juventudes y una dirección que encauzase y consolidase la victoria española, y porque la anti  España, que un día había avanzado desde las fronteras a caballo de la Enciclopedia, continuó en riada invadiendo España con los prisioneros y los cautivos que no supieron morir ,aquí y que en Francia se afiliaron en las logias, y de aquella otra directiva española, de aquella aristocracia sin vigor y que tenía a gala hablar y pensar en lengua extranjera y traernos los patrones corrompidos de Francia.

Primero se invadieron los clubs aristocráticos, más tarde las ciudades y los partidos políticos. Caminaba la anti-España envenenando nuestros pueblos a través de las internacionales, y acabó llegando a nuestros campos intentando conquistar a nuestros pueblos, explotando sus miserias y necesidades, con aquellas casas del pueblo que, descristianizando a nuestras juventudes, preparaba el mejor camino de la anti-Espafia. Y si no es por el esfuerzo del año 1936, por aquel glorioso 18 de julio, por aquellas juventudes que se enrolaron en nuestras banderas, España hubiera sido perdida irremisiblemente por el camino que le habían trazado inteligencias extrañas.

Esta es una realidad española que las juventudes no pueden olvidar. Y no pueden olvidarla porque esta hora de plenitud y de esperanza se ha logrado con la sangre y el sacrificio de los mejores españoles, porque en aquel 18 de julio recuperó España su propio ser, se dio un manotazo a la decadencia que entrañaban sus clases directoras y todo aquel espíritu y aquella fe se habían quedado remansados en la fortaleza de los cuarteles y tras las rejas de los claustros, que hacían que los españoles dudasen de su propia Historia, en que sólo creían los niños y poetas, todo aquello se vertió sobre España y se hizo carne de canción el 2 de mayo de nuestro poeta; aquella canción que nos decía «lánzate al combate y muere, tu madre te vengará». y en los pueblos de España, en gran número de las ciudades españolas, eran las madres y las esposas las que empujaban a sus hijos a morir por Dios y por España. Y éste es el tesoro espiritual al que el Frente de Juventudes viene a formarle el cuadro para que la España eterna no se tuerza.

Y por esto, hoy en este acto, yo acepto el bastón de alcalde de Móstoles como homenaje a Andrés Torrejón, a aquel alcalde español, a aquellos sanos pueblos españoles, que una voz autorizada de la República quiso llamar en su despecho «burgos podridos» y que eran la solera eterna de las Españas y la España una, la España grande y la España libre.

Alcalde de Móstoles, Andrés Torrejón, ¡presente!

¡Arriba España!


   ATRÁS   



© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

E-mail: generalisimoffranco@hotmail.com