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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado.


 
Discurso en la Asamblea Nacional de Hermandades del Campo.

22 de febrero de 1953.

Campesinos y labradores:

Todo lo que nosotros podamos ansiar, aun aquello que pueda parecernos estar más lejos, todo lo conseguiremos por nuestra unidad; esta unidad entre los hombres y las tierras de España, nunca mejor representada que en la unidad sindical.

Os habéis reunido estos di as, viniendo de los lugares más apartados, para cambiar impresiones y elevar a los Poderes públicos unas propuestas encaminadas a la solución de vuestros problemas. Desde el valle más fértil a la montaña más áspera, la España en sus tres cuartas partes campesinas, se encuentra aquí representada. La España auténtica, la España de los que trabajan; hombres entregados al agro español, representación genuina de la Patria no corrompida, del hombre español por excelencia, que si lo pudiéramos comparar con los que compusieron las antiguas mesnadas que seguían a nuestros Caudillos, no encontraríamos diferencias entre los que engrandecieron a España y asombraron al mundo y los que hoy trabajan sobre las mismas tierras, arrancando las cosechas, muchas veces míseras por las condiciones climatológicas de nuestra Patria, pero que mantienen el corazón y la fe levantados creyendo en una España mejor.

He seguido de cerca vuestras discusiones, he examinado los temas de este Congreso, he leído resúmenes de las propuestas que sobre ellos eleváis a los poderes públicos y puedo deciros que al compás de vuestro sentimiento, que paralelamente a vuestras inquietudes, discurren mis inquietudes y las de mis Ministros, pues vosotros conocéis bien, porque habéis escuchado al Ministro de Agricultura en este día y antes al Secretario General del Movimiento y al Delegado Nacional de Sindicatos y lo veis reflejado en el «Boletín Oficial» y en la Prensa, que los problemas que siente hoy el campesino y el campo español están vivos en nuestro espíritu y es voluntad nuestra el resolverlos.

Pero comprenderéis muy bien la importancia y trascendencia de estos problemas, las dificultades que presentan después de un siglo de abandono. Por ello es necesaria la corporación sindical, la fortaleza y unidad sindicales, la organización, en una palabra, del campo español si hemos de poder sostener a menudo el diálogo natural entre los que necesitan y los que pueden resolver estos problemas.

Nosotros hemos decidido el Régimen español como un Estado social, y un Estado social entraña unas gravísimas responsabilidades. Si nosotros aspiramos a la justicia y a la mejora social, tenemos que enfrentarnos con los grandes problemas de la Patria, porque justicia social no es cambiar el signo de la producción española, beneficiando a unos y perjudicando a otros. La mejora social que podemos obtener en esta comunidad no está en la simple distribución de la renta nacional entre los que componemos España. Si esta renta nacional es baja, ya podemos entregamos a lo que sea, que seremos incapaces de producir la mejora social. La mejora social ha de venir por la multiplicación de los bienes, por la multiplicación de la renta, nacional, por la multiplicación del rendimiento, y este rendimiento, en los tiempos modernos, no reside en el mayor esfuerzo ni en el mayor trabajo sino en la aplicación mejor de la ciencia y de la técnica, en la utilización del crédito, en la racionalización en todos los sentidos de .fa !producción española, que si España es en sus tres cuartas partes campesina, en sus tres cuartas partes han de ir los esfuerzos a la organización, el impulso y el estimulo del campo...

Y nada más, queridos campesinos y camaradas; que mantengáis vivo el fuego de vuestro espíritu y la fe en los destinos de la Patria, seguros de que nadie irá más lejos ni podría marchar jamás delante de vosotros y nuestro Régimen para serviros. 

¡Arriba España!


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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

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