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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado.


 
Discurso en Baeza, Jaén y Andujar.

06 de junio de 1951.

EN BAEZA

Señor Alcalde, hijos todos de Baeza:

En primer lugar he de agradecer este gesto de vuestro Ayuntamiento de querer unir mi nombre al recuerdo gratísimo de esta ciudad; en segundo, saludaros y agradecer estas muestras de efusión y de entusiasmo y, al mismo tiempo, deciros que he venido a tomar contacto con vuestros problemas, no porque los desconozca, ya que estamos viviéndolos y estudiándolos por ser esta provincia una de las más dignas de atención entre todas las españolas, y porque, estudiados ya la mayoría de los problemas que acucian a esta región por los técnicos y por vuestras autoridades, ha llegado la hora de su realización.

Poco importaría que hubiéramos salvado estos monumentos con una Cruzada gloriosa y con el sacrificio de nuestros mejores hombres si fuera para dejar perennes las causas que motivaron aquélla España roja,  aquélla España infamante que solamente puede comprenderse cuando se circula por vuestros valles, por vuestras montañas llenas de esta vegetación, de esta riqueza olivarera, de estas tierras fecundas y calientes, y ve uno las injusticias que sobre ellas se asientan.

Todo esto justifica lo que muchas gentes de España no saben comprender; pero nosotros sí lo comprendemos. y el Movimiento ha venido precisamente a que esto no vuelva a ocurrir, a realizar la justicia social sobre estas tierras; pero para ello no basta la voluntad del Jefe, la voluntad del Estado; es necesaria la colaboración entusiástica de todos, sin desmayar en el camino.

El camino es de trabajos y de sacrificio. Si unos van a ganar, otros tienen cristianamente que sacrificarse, y es necesario que la palabra hermandad entre los españoles no sea una palabra hueca, sino una palabra reflejo de la fraternidad cristiana. Porque así lo creo y así lo debo creer, por eso he venido a vuestra ciudad y me cuelgo con emoción esta medalla.»

EN LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE JAÉN

Jiennenses: 

Sólo unas palabras para corresponder a vuestro entusiasmo y a vuestra cortesía, porque hemos venido aquí a trabajar. En estas tierras se han hecho a través de un siglo muchas promesas, se ha especulado con las pasiones y con las voluntades, y, sin embargo, Jaén permaneció abandonada a sí misma y sin las atenciones debidas de los Poderes públicos.

Toda esta historia de Jaén, de la Jaén lacerada, de la Jaén que es la segunda provincia de España en renta bruta y donde existen acumuladas más diferencias, desigualdades y miserias sociales, es la estampa del «dejar hacer», es la estampa del liberalismo español, la estampa del cacique y de la explotación del hombre por el hombre, la estampa de la que ha venido a redimirnos nuestra Revolución Nacional. Y no nos asustemos de la palabra revolución; revolución es deshacer lo que está mal; revolución no es destruir, revolución es crear, revolución es llevar la justicia en nuestras manos, es hacer una Patria unida, es crear la unidad entre los hombres y la tierras de España; pero para hacer una revolución no hace falta el ímpetu del odio; es necesario él amor del corazón, hace falta la fe, la constancia, el trabajo la hermandad.

Todo esto no son palabras huecas; el espíritu de servicio no es una palabra que hayamos inventado para arrastrar o para exigiros vuestra voluntad; no estoy en una granjería con los Ministros que me acompañan ni con mis seguidores; estamos aquí en una misión de servicio, estamos haciendo una Revolución la única vez en la vida que se puede hacer, porque es una Revolución a la que hemos sacrificado la sangre de nuestros mejores hijos, y esa sangre no puede perderse.

Las realidades de esta provincia, las realidades de vuestros pueblos, de vuestros campos, de vuestros monocultivos, de vuestras tierras, de vuestros hogares y de vuestras chozas son perfectamente estudiadas, como hemos estudiado las de todas las comarcas y todas las regiones de España. Hemos estudiado la ordenación económicosocial de todas las provincias españolas, entre las que destaca por la cantidad y lo intenso de sus problemas la provincia de Jaén. Por eso he querido que fuera la primera que viniéramos a ponemos en contacto con sus realidades para dos cosas: primero, para llenar la lista de vuestros problemas, aunque los conocemos más por las Memorias y estudios de todos los hombres que aquí mandamos, y segundo, para deciros que esto no es el Rey Mago, que no es la voluntad meramente del Poder público, que aquí tenemos que arrimar el hombro todos, unos y otros.

Vosotros habéis presenciado en esta provincia de características olivareras y mineras, cómo la riqueza olivarera y la riqueza minera estuvieron abandonadas de los Poderes públicos durante años. Vosotros teníais un número de miles de hectáreas, de viña que hacían más llevaderas las labores del campo, que evitaba los paros campesinos en épocas en que hoy se producen, y precisamente por la indiferencia de los Poderes públicos, aquello se perdió con la filoxera y no fué restablecido, desapareciendo el equilibrio entre los cultivos. y nos hallamos con este monocultivo que nos mete en estas cifras aterradoras de paro estacional, del cual tenemos la obligación de redimiros y os redimiremos. y lo mismo sucede en el campo industrial, que se han vaciado vuestras minas y no se buscaron nuevos veneros de riqueza, no se hizo la coordinación de todo esto para que pudiéramos conseguir explotaciones mejores y más económicas.

Todo esto se abandonó al «dejar hacer», y ésta es la primera vez en la Historia de España que un Gobierno criticado por los rapaces, criticado por los especuladores de toda miseria, ha venido a Jaén y ha ido a Huelva y a todos los territorios de España a buscar las fuentes de riqueza y trabajar gastando millones de pesetas para traeros el pan y para redimiros de injusticias. Esto lo critican los rapaces de dentro y de fuera. Porque en la misma forma que existen hombres rapaces y sin entrañas, existen también naciones rapaces y sin entrañas.

Para que estas rapacerías no existan ni dentro ni fuera, es necesaria esta unión que pedimos de todos los españoles, la unión de todos los hombres de España para defender esta Revolución y estas conquistas; porque yo os aseguro que la provincia de Jaén (esta la primera porque fué la más abandonada), como todas las provincias de España, verá realizado su programa si vosotros sabéis defender esta Revolución y hacéis que nadie la melle, ni la estorbe. En vuestras manos está; en nosotros no falta la voluntad para mandar, pero en vosotros debe existir para sostenerla, para obedecer, para trabajar y para hacer la España Una, Grande y Libre que yo soñé.

EN ANDUJAR DESDE EL BALCÓN DEL AYUNTAMIENTO

Españoles todos:

Gracias por ese entusiasmo, por esa fe con que aquí os congregáis. He venido a visitaros, y hago un alto en el camino para tomar contacto con vuestras autoridades y comprobar aquellas demandas que habíais hecho sobre las necesidades de estas tierras y de estos valles. Habéis visto cómo el Movimiento Nacional ha sido fecundidad y ha sido trabajo. Lo habéis comprobado porque tenéis a las puertas de Andújar una huerta equivalente a la mitad de la de Murcia, que representa un verdadero venero de riqueza, y porque en este mismo pueblo no pararemos hasta constituir los huertos familiares que lleven a los hogares humildes el pan, el trabajo y la seguridad.

Todo lo que la provincia de Jaén necesita, lo mismo en el orden industrial que en el agrícola, es constancia y acumular muchos millones de capital para crear nuevas fuentes de trabajo. Esto solamente se puede hacer con la unidad de todos los españoles. Con la comprensión de todas las provincias de España, y yo os aseguro que todas se sienten hermanas de la de Jaén y le otorgan el primer lugar en el puesto de las necesidades.

¡Arriba España!


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