Burgos,
01 de octubre de 1938.
Me entregáis
este bastón y. este fajín, emblemas y atributos de la más alta
jerarquía castrense. Os lo agradezco, pero agradezco más la fe
de mi pueblo, que me entregáis con ellos.
Porque ni este
bastón, ni este fajín, ni un emblema, ni un distintivo, ni un
grado, significan nada si no son forma y representación de la fe,
del entusiasmo y de la vehemente decisión de un pueblo.
De nada sirve
incluso un Ejército poderoso sino está al servicio y alentado
por el calor de una gran entidad popular.
Y el Movimiento,
la Falange a quien venís representando, ha de ser justamente esa
entidad popular que dé- a nuestra empresa el fervor del pueblo,
la fe y la doctrina; la pasión de la lucha y la razón que puede
realizar la síntesis de España y polarizar en torno a ella, en
unir dad, a todos los españoles.
De nada serviría
nuestro heroísmo castrense, si este heroísmo casi milagroso de
nuestros Ejércitos no con. tase con la fe, con la doctrina y el
entusiasmo popular que el Movimiento representa.
Así ha sido en la
Historia. Si los grandes capitanes llegaban al triunfo y merecían
la gloria, no era cierta. mente por el solo valor de sus
insignias, de su grado, ni aun de su mismo valor; la Capitanía
gloriosa en la Historia se ha alcanzado siempre sirviendo la fe de
un pueblo, representando su decisión, siendo brazo ejecutor de su
destino y contando con un ancho aliento.
Y así será
ahora: Cuando hace dos años tomé el mano do de los Ejércitos y
la Jefatura del Estado, dije: Ponéis en mis manos a España, mi
mano será firme, mi pulso no temblará y yo procuraré alzar a
España al puesto que le corresponde conforme a su Historia.
En el momento de
recibir estos emblemas de mi grado militar, vuelvo a comprometerme
a conquistar con vosotros, con vuestro pueblo disciplinado en esta
Falange, la Paz como hemos venido conquistando la guerra, con este
mismo pueblo disciplinado en milicia.
Me comprometo,
porque para ello se me ha conferido la difícil y honrosa misión
del mando, a establecer -tan violentamente como sea preciso- la
unidad, y a conquistar -tan animosamente como sea preciso- la
libertad y la grandeza de España.
¡ARRIBA ESPAÑA!