22 de
octubre de 1937.
ESPAÑOLES:
No hace muchos días
os reuníais aquí con
motivo de la conquista de Santander. El frente
Norte iba cayendo trozo a trozo y sólo quedaba Asturias que si a
los españoles blancos nos rememora la fe de un pueblo,
para los españoles rojos significaba el baluarte de la
revolución rusa, el baluarte del Comunismo, el baluarte de los
hombres más afamados del campo rojo.
Pero el empuje de
nuestras armas, el arranque de nuestros soldados, fueron bordando
de boinas coloradas los riscos y las peñas, los montes enormes de
la Sierra de Cuera, los desfiladeros inaccesibles de El Pontón y
de Pajares, y al. lado de esas boinas rojas que florecían en lo
alto de montañas inaccesibles, se bordaban de camisas azules las
peñas de los puertos de Tarna y Vergarada y era también la
sangre de los falangistas la que brillaba en aquellas montañas.
Así se alumbraba
el resurgir de España. Era el resurgir de la juventud de un
pueblo que marcha, de un pueblo que se pone en pie, de un pueblo
que lucha por lo que es su aspiración, contra todos cuantos a
ello se oponen, un pueblo que dice a Europa: ¡Aquí está España,
aquí está España, aquí está España !
y al recibir hoy vuestro calor, estas muestras de entusiasmo por
el fin de la guerra en el Norte, yo las dirijo a las madres de
esos soldados que en los inviernos resistieron en las peñas del
Norte, a los que cayeron en Belchite, a los que aguantan el empuje
en la Ciudad Universitaria, a los que en tierras de Andalucía
defienden un día y otro el territorio liberado.
Para todos ellos
,es vuestro homenaje, porque si a unos les cabe la gloria de
llegar a los confines de España y liberar a los españoles
oprimidos por el yugo soviético, a otros les cabe la honra, entre
las lluvias o las nieves del invierno, o bajo el sol abrasador del
verano, de defender unas trincheras poniendo en el empeño el
corazón, dirigiendo la mirada al cielo, brazo en alto, mientras
con entusiasmo indescriptible, con profundo amor a la Patria,
gritan como nosotros:
¡ARRIBA ESPAÑA!
¡VIVA ESPAÑA!